Hauzer confiesa «Llegué al yoga como todos llegamos al yoga, cuando estaba ´tocando fondo´. Cuando no encontramos una salida viable, elegimos esta práctica como salvavidas. Le aconsejaría a mis alumnas que no llegaran así, sino como medida preventiva y que nos acercáramos de otra forma«.
La profesora, quien es también la encargada del negocio familiar de maderas, dijo sobre qué encontró en la práctica de esta disciplina: «Encontrás un centro, es encontrarse con uno mismo, poder ser un poco más conciente y consecuente con lo que uno hace, piensa y siente. Creo que es la búsqueda que todos hacemos, actuar en consecuencia de lo que pensamos y sentimos y no que los pensamientos vayan por un lado y los sentimientos por otro. Te lleva a poder encontrarte conmito mismo y sólo los que lo practican lo viven».
«Los beneficios del yoga son amplios e innumerables, pero principalmente aporta a nuestra cuerpo físico elasticidad, fuerza y equilibrio. A nuestra mente, serenidad y claridad y a nuestra alma esa sensación de plenitud y de ocupar nuestro cuerpo concientemente» explicó sobre los beneficios.
Hauzer se acercó como alumna cinco años atrás y luego decidió enseñar, en una saloncito en Lorusso al 500.
Sobre la respuesta de sus alumnas, relata: «Me muestran agradecimiento: van viendo que los cambios son progresivos y constantes, van tomando conciencia. La felicidda se les ve en la cara, hay una cambio de actitud».
«Sólo quiero resaltar que soy una privilegiada de poder enseñar yoga» concluyó.
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