La casa del concejal por la UCR Roberto Bruengo fue uno de los destinos que eligieron los vecinos autoconvocados de Santa Ana para realizar los escraches este fin de semana. Además de su domicilio, hicieron lo propio en la casa de la legisladora Amalia Vagni, el legislador Walter Saieg y el intendente Facundo Torres. En todos los lugares donde asistieron colgaron carteles y corearon canciones relativas al rechazo sobre la instalación del Complejo Ambiental de Cormecor; además hicieron responsables a sus directivos por los daños que pudiera producir dicho proyecto, y pidieron la renuncia de los responsables del emprendimiento.
Hasta ahora, ese reclamo había tocado solo a quienes integran la empresa o los que participaron de la aprobación; sin embargo esta semana traspasó esos límites.
¿Su casa también fue uno de los puntos de escrache de los vecinos de Santa Ana el sábado verdad?
Si, así fue. Y recién leía que hicieron una denuncia al INADI por estigmatización y precisamente lo que hicieron en mi domicilio en particular fue estigmatizar y condenarme por el delito de opinión. Fue un proceso intimidatorio el que hicieron porque adentro de mi casa estaban los amigos de mis hijos que no podían salir. Vivimos una situación de violencia que no me merezco.
¿Por qué fueron a su casa? Pregunto, porque los escraches se realizaron a funcionarios de Cormecor y a quienes aprobaron el proyecto en la Legislatura…
No pertenezco ni pertenecí a las empresas o instituciones que trabajaron en la selección de los sitios, tampoco a la Secretaría de Ambiente de la Provincia, no soy Legislador provincial, ni soy socio de Cormecor. Esta gente me condena simplemente porque la semana pasada yo publiqué en las redes sociales que entendía que Cormecor es una alternativa superadora al enterramiento de Piedras Blancas y que creía que es lo mejor que lo que se está haciendo ahora. Como estuve a favor del proyecto esta gente decidió que tenía que ir a mi casa a escracharme. Me gritaron delincuente, asesino, genocida y nazi. Yo creo que deben revisar los mecanismos y las metodologías. Entiendo que este grupo de personas está en contra del proyecto, han ido incluso a la Justicia, entonces esperemos que la Justicia resuelva. Si la Justicia resuelve y dice que ese proyecto de Cormecor en esa zona es inviable, será Cormecor con las autoridades a la cabeza la responsable de reubicarlo. Ahora…ir a la casa de una persona que no tiene ni tuvo que ver con esa localización por el solo hecho de opinar que es mejor eso que lo que estamos haciendo ahora, insultarnos delante de familiares y vecinos, me parece una locura.
¿Sigue pensando que este proyecto sería una “opción superadora”?
Por supuesto. Porque además los vecinos de Alta Gracia a nosotros nos eligieron para trabajar y mejorar el bienestar general y la historia indica que cuando yo asumí como concejal nosotros teníamos un basural a cielo abierto a 10 cuadras del centro que todas las semanas se prendía fuego y que era un foco de enfermedades. Luego de la decisión del intendente Saieg de cerrar el basural, corrimos el enterramiento de La Perla hacia Piedras Blancas pero seguimos haciendo el mismo proceso, es decir, seguimos enterrando la basura sin separarla, sin tratarla con lo cual generamos una importante contaminación. Lo que se ha hecho desde Cormecor es trabajar en un proyecto superador a eso. Durante casi cuatro años hemos venido acompañando y siendo partícipe activo de la discusión de ese proyecto, por eso creemos que es mucho mejor que lo actual.
Los vecinos plantean que el predio es zona de mallines y además tiene un declive que ocasionaría contaminación a las napas cuando la lluvia toque esa basura. ¿Todo eso han podido revisarlo? Consulto porque Ud dijo que estuvo cerca del proyecto…
En primer lugar lo que hay que analizar es la voluntad de diálogo. No soy especialista pero como he venido siguiendo el proceso he podido ver que hay una serie de instituciones que han intervenido que a mi me dan garantías. Me da garantías la UNC, la Universidad Tecnológica Nacional, el INTI, son todas instituciones que han participado activamente del proyecto. De todos modos, si hay alguna duda sobre los temas que se están planteando, es decir del estudio de impacto ambiental, lo mejor sería que las autoridades de Cormecor con los técnicos a la cabeza pudieran explicar y evacuar todas esas dudas. De todas maneras, también participé de una audiencia pública en donde se hicieron todos esos reclamos y se siguió el proceso para evacuar esas dudas ante los organismos que corresponden; eso se hizo en su debido momento. Después vino el proceso de expropiación por parte de los legisladores…ha intervenido mucha gente.
¿Ha tenido contacto con alguno de los concejales de Santa Ana? El viernes se hizo una sesión donde aprobaron una carta de repudio a Cormecor
No, no he tenido contacto, porque además, en este marco el diálogo es muy difícil. Acá la única opción, para ellos, es que estemos de acuerdo con lo que piensan. Si pensás distinto, estás en contra. Yo estoy dispuesto a dialogar, pero de esta manera no se puede. He tenido posiciones bien marcadas en algunos temas como el Súper Mami por ejemplo, sin embargo nos sentamos a conversar y en determinado momento llegamos a un acuerdo y dijimos: “si el estudio de impacto ambiental lo hace tal institución todos vamos a acatar lo que diga”. Hay voluntad de diálogo, una voluntad de aceptar que el otro puede tener razón, pero de esta manera no.
Parte del reclamo es el descreimiento a las promesas de los políticos y un supuesto arreglo interpartidario para que esto haya sido aprobado en la Legislatura…
Yo no voy a hacer interpretación de los intereses porque si uno mira puede hacer interpretaciones de intereses de la otra parte también y los objetivos por los que están protestando.
¿Por ejemplo? A qué se refiere?
No, no, no voy a hacer ese análisis. Lo que yo si se es como hemos venido trabajando. Desde 2012, con errores, aciertos, etc porque acepto que este proceso puede haber tenido errores; dejamos de lado las diferencias partidarias para poder avanzar en un proyecto que contenga las necesidades de todos. La realidad es que no lo podemos soslayar porque mientras más demoremos en darle una solución integral y definitiva al tema más grave va a ser el problema. Esto es lo que veo yo, respeto a quienes ven otra cosa.
Parece que se tratara de dos bibliotecas diferentes. Por un lado Cormecor y el proyecto superador y por otro los vecinos reclamando por la salud y asegurando que esto tiene groseros errores.
Supongamos que esto fuera así y que la Justicia dice que es el 100% de como lo plantean los vecinos, ¿que tiene que ver eso con escrachar a la gente por pensar distinto?.