Se cumple un año de uno de los casos más estremecedores de la historia de Alta Gracia: el doble filicidio de Villa Camiares.
Una mamá era acusada de asesinar a sus dos hijos adolescentes, ambos con discapacidad y el hallazgo fue mas que aterrador: los cuerpos de 15 y 17 años estaban envueltos en nylon y frazadas sobre las camas y presentaban un importante estado de descomposición. «Ella convivió con los cadáveres de sus hijos al menos dos meses», aseguraron en aquel entonces fuentes ligadas a la investigación a RESUMEN.
El contexto daba cuenta de falta de apoyo y mucha soledad. La mujer vivía sola con sus hijos, quienes dependían de un tubo de oxigeno para sobrevivir y de una alimentación especial. El marco era de extrema vulnerabilidad y los vecinos aseguraban que se trataba de una mujer poco sociable que frecuentaba la iglesia.
«Mis hijos están durmiendo», le dijo a la policía el día del hallazgo. Los cuerpos de los adolescentes estaban casi esqueléticos y si bien la madre fue detenida, a las pocas horas fue trasladada a un neuropsiquiátrico. «No comprende los actos», afirmaron desde la fiscalía del de Alejandro Peralta Ottonello. Finalmente, la mujer era declarada inimputable.
A un año del macabro hallazgo, las preguntas siguen siendo las mismas: ¿Qué se hace con la salud mental? ¿Dónde estaban los organismos que debían intervenir para que esto no ocurriera? ¿Acaso nadie advirtió lo que ocurría en esa casa? En fin, los interrogantes que hoy ya no cambian el final de la historia pero que si pueden servir para evitar tragedias similares a futuro.
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