En el día de la fecha, el Ipem 265 de José de la Quintana cumple 68 años. Mucha vida, mucha historia y sobre todo, mucha agua que corrió bajo el puente desde su fundación como el viejo Enet N° 1. Escuela formadora de técnicos mineros a nivel país.
En este marco, el profesor Daniel Castrillo compartió un emotivo poema en su homenaje. Un escrito que refleja las bases de esa construcción y las fusiona con los tiempos que corren y siguen formando estudiantes en la legendaria Escuela de Minería.
«Somos la Escuela de Minería de José de la Quintana.
La que fue sueño, proyecto y realidad de don Carnevale y de tantos otros soñadores, allá, en los albores de los 50.
La que nació como escuela de perforistas, la que puso en el mapa a este pequeño pueblo en medio de las sierras cordobesas…
Somos… una “pumita” recorriendo caminos de tierra en los sesenta o ese coche desvencijado trayendo al profe, al alumno, al director en ese tiempo lento donde todo estaba-por-descubrir.
Somos los quintaneros rebeldes, los que llenamos el viento de alaridos, los que luchamos por la justicia desde un pupitre, desde una convicción
Somos los chicos del norte o del sur en el viejo Internado, en los chalets del pueblo, en esos hogares tan propios de una adolescencia eterna.
Somos el adolescente de ayer, prolijo en su traje, o el adolescente de ahora, virtual, tecnológico, tan distinto tan parecido…
Somos los talleres y sus maestros históricos. Esa madera lijada hasta el infinito, el torno y sus misterios o el hierro forjado en la fragua y el corazón…
Somos la boreal o la mina el tío, la práctica en el campo o esa expedición de teodolito, piqueta o compresor.
Somos el laboratorio y la clase en el aula. Somos la campana o el timbre llamando al desayuno de las 9 y 5 o al almuerzo en el comedor del cole.
Somos la Satag o la Serranita madrugando con los chicos de la zona o preparando el regreso de cinco y media y jornada final
Somos el técnico que aquí se formó y que conquistó el mundo. Que hizo grande a nuestra patria en el yacimiento, en la cantera, en la explotación o en cada empresa minera que requería a un egresado de “la Quintana”.
Somos el alumno comprometido con el entorno. El profe que se capacita. El corazón de un pueblo que evoluciona sin dejar de ser.
Somos el alumno que regresa. El hermano de la vida que aquí descubrimos. Los infinitos recuerdos de un tiempo en el que fuimos felices.
Somos un edificio y un sentimiento. El futuro hecho presente y esa sepia caricia que no se olvida, que late por siempre.
Somos cada nombre que aquí se intuye. Cada lista de presentes y ausentes que algún preceptor leerá en el inicio de la jornada. Cada sonrisa y cada lágrima que se guardan en la memoria.
Somos, la vieja Enet N° 1 y el actual IPET 265.
Somos, la “Escuela de Minería” de José de la Quintana.
Y hoy….cumplimos 68 años de sueños.
Profe Daniel Castrillo
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