La mujer, oriunda de Achiras -cerca de Río Cuarto- cumplirá 101 años el próximo 1 de octubre. Desde hace cuatro años, se hospeda en la Casa de Retiro Solar de la Estancia, en una hermosa y antigua casona de Alta Gracia de barrio Pellegrini.
Y le cuenta, en exclusivo para RESUMEN, su historia de vida, con la intención de ser un ejemplo para otras mujeres, más jóvenes aún que ella -porque lo que importa es el espíritu- que padecen alopecia -la caída de cabello sin causa aparente-.
«Desde los 14 años se me cae el pelo, pero tenía mucha cantidad y realmente quedé pelada tras mi casamiento» comenzó María. Durante un tiempo usó «media peluca» que tenía un jopo y era solamente para la parte frontal, ya que atrás aún tenía cabello. Luego empezó a usar pelucas pelo sintético, que no se comparan con las de cabellos natural que arman en Buenos Aires y cuyas donaciones llegan de todo el país -incluso de Alta Gracia- a través de la Fundación Vanesa Durán y de Trenzando Voluntades Alta Gracia.
La mujer tenía junto a su marido, quien falleció veinte años atrás, un bazar y regalería que atendió hasta sus 90 años. «Atendía al público, los viajantes y los proveedores hasta hace diez años. Hasta que me operaron, me pusieron una prótesis en una pierna. En mi casa tenía mis plantas, mis flores, mis frutales, mi huerta, pero estaba sola y por ello mis hijos me trajeron aquí» narró. Tiene dos hijos de 71 y 72 años en Achiras.
En la casa de retiro donde se encuentra, es una de las más activas, a pesar de andar en sillas de ruedas. Ella misma la maneja, borda, teje, hace sopas de letras y crucigramas, dibuja (muy bien) y juega a las cartas con sus compañeras y amigas, entre ellas «Tota».
Todos los días tienen actividades, detalla su cuidadora: los lunes y viernes hacen laborterapia, los miércoles canto, los martes, gimnasia y «los viernes viene una mujer que les da la comunión y con la cual rezan el rosario por sus familiares enfermos o por si alguien lo necesita, son muy solidarias».
Claudia González, peluquera y una de las promotoras de «Trenzando Voluntades Alta Gracia» la conoció hace unos meses cuando llevó a su suegra a la misma vivienda. Entonces entabló una hermosa amistad y le ofreció una de las pelucas de cabello natural que tienen en la fundación, a lo que accedió contenta. «Las mujeres que tienen alopecia sienten vergüenza cuando se sacan la peluca, es diferente con las que tienen cáncer. Yo estoy acostumbrada a verlas, no me impresiono. Y lo que queremos rescatar contando la historia de María, es su fortaleza y ánimo con 100 años de vida» manifestó a este medio.
González le contó a María y a RESUMEN que unos años atrás, una de sus mejores amigas murió de cáncer a los 40 años. Desde entonces, junto a otra de sus amigas, decidieron «hacer algo» para poder ayudar y tras averiguar cómo, definieron involucrarse con la Fundación Vanesa Durán y armaron «Trenzando Voluntades» a nivel local, en coordinación con la Escuela de Peluquería Marcelo Rojas, desde 2019. Desde entonces, muchísmas mujeres, jóvenes y niñas han donado su cabello, que es enviado a Córdoba Capital y luego a la fábrica de pelucas en Buenos Aires.
«Cada peluca tiene un valor de 200 mil pesos. Y al ser intermediarias, tenemos pelucas a disposición para Alta Gracia y zona, que damos en calidad de préstamo. Nos llegan donaciones de Villa General Belgrano y Calamuchita por ejemplo. A las mujeres con alopecia, se las regalamos y por eso les pedimos que se acerquen a la fundación».