El bloque de la Unión Cívica Radical, de la mano de Leandro Morer y María Inés Carignani, impulsó hoy un proyecto que declaró a María Josefina Monti “Alumna destacada de nuestra ciudad, por esfuerzo, perseverancia y superación”.
María Josefina, termina este año en secundario en el Instituto Misericordia. La sala del Honorable Concejo estaba colmada no solo por familiares, sino también por compañeros, docentes y preceptores; todos quisieron acompañarla en ese momento que oficializó algo que ellos desde hace años saben bien: es una luchadora incansable.
La ciencia no sabe
Desde los ocho años, Jose enfrenta una enfermedad desconocida que poco a poco va paralizando su cuerpo. Empezó a necesitar de la ayuda de bastones y andadores y, hoy, su vida trascurre en gran mayoría en una silla de ruedas.
La mamá relata que desde que empezaron los síntomas, empezó también un peregrinar por distintos centros de salud. “Estamos acostumbrados a viajar cada tres meses a Buenos Aires, Córdoba y adónde sea, para buscar respuestas”. Sin embargo ninguno de los especialistas de primer nivel consultados, pudo dar un diagnóstico. Desde el 2012 se le hizo un seguimiento por un cuadro progresivo de síndrome extrapiramidal con síndrome rígido aquinético y piramidal; hoy, su visión se vio afectada y tiene dificultades en el habla.
Espíritu alegre
El concejal Morer tomó la palabra para aclarar no sólo las razones del reconocimiento, sino su fin social: “Desde este espacio, este año, hemos otorgado varias distinciones a jóvenes de la ciudad por sus logros deportivos e intelectuales. En este caso María Josefina fue una alumna ejemplar en cuanto sus calificaciones estuvieron a la altura de los estudiantes que superan la media exigida para la promoción de cada nivel. Pero el ejemplo que ella representa y que seguramente encarna lo de otros chicos en condiciones similares es que a pesar de tanto padecimiento físico nunca decayó su espíritu alegre, optimista y siguió su camino con un permanente deseo de superación personal sin victimizarse. Eso es lo ejemplar para los jóvenes”.
Rocío, una compañera de grado, quiso tomar la palabra para remarcar lo que representa esa joven en todos sus pares: “Muchas veces nos desesperamos por pequeñas cosas, y ella nos enseña lo que es enfrentar verdaderas dificultades y con una sonrisa”. Roció contó el cuento de aquel hombre al que un día Dios le dio la oportunidad de elegir su cruz y después de mucho pensar y evaluar cada una de las que estaban, terminó eligiendo justamente la que venía llevando sobre sus hombros desde toda una vida: “Te dieron esa cruz, Jose, porque vos la podés llevar. Yo no sabría cómo llevarla así como lo hacés vos”, terminó emocionada la adolescente.
Emoción que, por supuesto le llegó a todos y cada uno de los presentes.
“Mi heroína”
Así le define el papá, quien manifestó un profundo orgullo hacia su hija “ Cuando nosotros llegamos al límite, ella saca todas las energías y las ganas de seguir adelante. Es dulce, cariñosa y sabe lo que quiere”. De hecho Jose tiene el sueño de ser abogada y ambos padres agradecen por eso también a toda la Institución Misericordia no sólo por haberla acompañado sino también por haberla siempre alentado y reconocido en sus esfuerzos: “Pero nada de todo eso, y lo debo reconocer, sería posible sin su mamá, quien todos los días la lleva, la trae y está con ella. Y su hermanito, Federico que nunca dejó de ser su aliado, ni dejará de serlo jamás”, explicó el papá, emocionado.