Por decisión del Obispo de Córdoba Monseñor Carlos Ñáñez, el Padre Marcelo Siderides ha sido alejado de Alta Gracia y designado Párroco de Despeñaderos. “Agradecemos profundamente su dedicación y labor, que han sido tan fructíferas en nuestra comunidad. Ha dejado una huella clara y precisa sobre la cual continuar trabajando y creciendo”, emitieron a través de un comunicado desde el Instituto El Obraje, aclarando que “Marcelo Siderides ha sido designado Párroco de la comunidad de Despeñaderos a la que pertenece la Escuela Parroquial Pío XII”.
Es llamativa esta decisión a tan pocos meses de la inauguración de una de las obras más contundentes y ambiciosas de las últimas décadas en la ciudad, en cuanto a materia edilicia y educativa. Más aún si se piensa que fue designado para una comunidad y una institución escolar notablemente más chicas.
Lo bueno
De hecho, si hay algo que todos le reconocen a Siderides es haber logrado la construcción del Colegio, pero además, sendas obras de ampliación de instalaciones parroquiales. En 2008, la Municipalidad de Alta Gracia, en aquel entonces encabezada por Mario Bonfigli, entregó al Obraje un predio de 10 mil metros para que pudieran mudarse. Pocos años más tarde, hizo lo mismo el ex Intendente Walter Saieg, por lo que el predio alcanzó las 2 hectáreas. El terreno pasó finalmente a la institución y fue presentado en sociedad en marzo de 2013.
¿Cambio de uso?
Las autoridades locales no se mostraron dispuestas a comentar acerca del desempeño de Siderides, más que nada por la causa y el juicio por los pisos que fueron levantados en la Iglesia La Merced. Sin embargo, a través de algunos trascendidos, se pudo saber que Siderides apuntaba a lograr que el expediente de la obra completa pudiera cambiar de uso educativo a comercial. ¿Para qué? Para construir algunos locales en otro sector del predio: “Se le donó el terreno para hacer una escuela, no un shopping”, comentó una persona cercana al gabinete municipal. “Busca meternos en contra a la comunidad educativa, para presionarnos y lograr sus objetivos”, remarcó un ex funcionario.
Presuntamente las quejas por esa actitud esta vez superaron los límites de nuestro ejido, llegaron a Córdoba y de ahí derivó su traslado. Para otros, el establecimiento de Despeñaderos necesita de una figura como la de Padre Marcelo para lograr el crecimiento que tuvo el Obraje. Y para otros más, 10 años es un buen tiempo como para ir mudándose.
El escándalo
Siderides y tres arquitectos fueron procesados por la Justicia Federal por los “daños arqueológicos irreparables” provocados cuando se instaló un sistema de calefacción dentro de la Iglesia de la Merced, Patrimonio de la Humanidad. Los destrozos se produjeron al levantar el solado histórico con el fin de instalar un sistema de calefacción. Los ladrillos del piso “eran históricos, auténticos y formaban parte de la Iglesia en su totalidad y como tales constituían su patrimonio histórico y cultural”, indicó el juez en su resolución.
Archivos inolvidables
En una entrevista a RESUMEN de 2013, Siderides se quejó de las denuncias acerca del valor patrimonial del piso destruido: “Es un poco difícil construir así en una comunidad que parece tener un espíritu de confrontación y eso me parece que no aporta a una mejora en Alta Gracia”. Además había embestido sobre la supuesta falta de religiosidad de los estudiosos y vecinos que reclamaban por lo que luego se convertiría en uno de los escándalos arquitectónicos y patrimoniales nacionales: “Yo sé que algunos de los que han tenido injerencia en estos conflictos son ateos. Los respeto, pero esta es la casa de los creyentes y la comunidad creyente de Alta Gracia es la dueña de la iglesia”.
Como si eso fuera poco, los amantes de la conservación y los denunciantes fueron tildados en la misma entrevista como “fundamentalistas y mediáticos”: “Hay una mirada fundamentalista sobre lo que es el patrimonio, fíjate que la Iglesia Católica dice que hay que hacer un esfuerzo por conciliar la comodidad de los fieles, los avances tecnológicos y la liturgia. (…) En la época de los jesuitas tampoco había televisión, y resulta que ahora todos hacemos denuncias por televisión”.
Cura VIP y de pocos medios
Siderides era el primero en llegar a Colectividades; sobre todo en las noches más taquilleras. Se lo veía sacarse selfies por los camarines. Sus semanas pasaban de asado en asado y siempre con personalidades reconocidas o catalogadas como poderosas de nuestra ciudad. Esquivaba la prensa y poco se lo veía trabajar entre los vecinos. Con la salvedad de la comunidad escolar, que por cierto, lo llora de antemano.
Qué dijo de él
Mario Bonfigli, ex Intendente de Alta Gracia pintó a Siderides con una frase: «Cuando llegó, me visitó para presentarse y antes de retirarse dijo: Usted debe tener una lista de los que comen asado. Pues no se olvide de incluirme».