Hace dos días atrás, desde Alta Gracia Crece, lanzaron una campaña que despertó asombro y malestar en distintos sectores de la política. Inclusive entre los propios correligionarios. Más allá que para algunos sea discutible su agresividad, lo que es cierto es que Leandro Morer, cocheado, guionado y lookeado, apunta los cañones contra el candidato de Hacemos por Córdoba, Marcos Torres asegurando, entre otras cosas, que se trata de un rival que no merece su respeto.»Podría encontrarme con un rival que respetara, este no es el caso», atacó Leandro Morer.
Al no especificar el nombre, podría también referirse a Diego Heredia, postulante de Alta Gracia Somos Todos, quien hasta ahora se mantuvo lejos de las polémicas. En off, uno tras uno los correligionarios aseguran que el video fue pensado a raíz de las supuestas agresiones mediáticas del Intendente Facundo Torres. Sin embargo el candidato es Marcos Torres y, en ese afán de una campaña centrada en descalificar al hermano del mandatario, terminan ellos mismos dialogando con el representante equivocado. Y mezclando lo que son los dichos de una nota periodística, extracto de conversaciones y en un marco de espontaneidad, con uno spot electoral, pensado, calculado y, sobre todo guionado.
Seguramente querían impresionar y, de esa forma, invitar al candidato de Hacemos por Córdoba, a embarrarse en un ida y vuelta de denigraciones para lograr la exposición que ni las propuestas más llamativas, como rebajar de un saque el 30% los impuesto municipales, les dieron. El efecto «De la Sota» que se esperaban no parecería haberse dado, no hasta ahora. Y, si de eso se habló, no fue por la propuesta en sí de la que poco o nada se hablaría de no ser por las polémicas declaraciones del Intendente. Es que más allá de ser un propuesta atractiva para los bolsillos de la gente, en un marco socioeconómico general muy inestable, frente a una inflación a futuro desconocida y con un presente preocupante y a una crisis de las arcas inminente, el chiste de rebajar para recaudar más, no los convence ni a ellos. Pero eso, si ganaran, se verá.
Tal vez el desacierto más llamativo de esa propaganda es tratar de instalar el antivalor de la juventud de los otros candidatos: Marcos Torres, de 36 años y Diego Heredia de 29. «Gobernar no es un juego de chicos» ataca Morer que tiene 47, y ya asumió haber perdido ese ímpetu de juventud por la que peleó en varios momentos cercanos en nombre de la renovación, (fue Secretario General con poco más de 30 años y candidato a vice con menos de cuarenta) en un partido como la UCR que si tiene algo siempre reconocible, es la valoración de los cuadros más jóvenes. Es más, Ramón Mestre, referente de Morer para el 12 de mayo, centró justamente en la juventud de su equipo, incluyendo a Rodrigo De Loredo (cercano políticamente a Amalia Vagni) los discursos electorales. ¿Y entonces? Por último, mientras Morer hace un video unipersonal sin mostrar ni a su vice, pero hablando de un gran equipo, ataca a los Torres asegurando que un gobierno no puede ser una empresa familiar. Por cierto, el punto débil de la candidatura de Marcos Torres siempre fue el lazo familiar con el Intendente. Y sigue generando ruidos, descontentos y es parte, por cierto, de la fractura sangrienta del PJ local. Ahora, si uno debiera meter la lupa sobre apellidos y lazos familiares, muy pocos de la lista de Alta Gracia Crece se salvarían; Vagni, Allende, Luppi, para nombrar algún apellido harto conocido y valorado. No hay que dudar que cada uno de ellos ha sabido aprovechar el ámbito familiar, el recorrido de sus progenitores, los saberes de todos los días en materia política para, gracias a sus propias cualidades, dar el salto que hoy se refleja en aparecer en esa lista. Lo que Bourdieu llama capital social. Y vale para todos y sería bueno que Morer empiece por respetar, no solo a los demás candidatos, sino también a los integrantes de su propia lista, pese a sus apellidos famosos o, más aún pese a su juventud.