Para Anabella Vanucci y su familia, es definitivamente un volver a empezar. Luego que las llamas provocadas por un cortocircuito destruyeran su casa y les hiciera perder prácticamente todo lo que habían logrado tener con una vida de trabajo.
Hoy, con lo poco que les ha quedado y ayudados por la solidaridad de sus vecinos y amigos, tratan de sobrellevar estos primeros días luego del incendio del miércoles.
«Todo se calcinó, todo lo comió el fuego. Todo, techo, paredes, muebles, hasta el piso. Lo importante es que estamos bien los cinco (la pareja tiene 3 niños de 15, 12 y 10 años). Por lo demás, no quedó prácticamente nada», cuenta Anabella con lágrimas en los ojos.
La recorrida por lo que quedó de la vivienda es patética. El olor a humo que persiste, paredes a punto de caerse, un techo de madera que definitivamente habrá que tirar abajo, paredes tiznadas… «lo que no destruyó el fuego, lo destruyó el agua», sigue contando Anabella.
Ella, su marido y sus tres hijos viven en lo que fuera el garage de su casa.Allí han podido acomodar las pocas pertenencias que les han quedado. No tienen agua, «vamos al baño y nos lavamos en las casas de los vecinos, que han mostrado una solidaridad inmensa, están siempre junto a nosotros», relata la dueña de casa.
El día del incendio se hizo presente Diego Barrientos en nombre de la Municipalidad, quien está gestionando un subsidio de la Provincia para la familia. Además, muchos amigos, vecinos y gente enterada del tema ha ayudado para sobrellevar el momento.
«Estamos muy agradecidos por todo lo que nos han brindado. Eso nos ayuda a no bajar los brazos», finaliza Anabella quien sabe bien que esto recién comienza. Que hay mucho por hacer, una casa por reconstruir y una nueva vida por comenzar.
Nota relacionada:
El incendio les llevó absolutamente todo
Comentarios: