La jornada del sábado de la novena edición de «Festival Peperina», no solo estuvo cargada de ricos aromas y sabores, sino también de mucha emoción.
Roal Zuzulich -acompañado de sus hijos que siguen el legado familiar- demostró una vez más por qué su cocina es una de las más prestigiosas y destacadas del país y dio cátedra no solo en sapienza culinaria, sino también de lo que significa el valor y el trabajo en equipo.
Los frutos no están solo en la satisfacción de un plato bien logrado sino en sus hijos; aquellos que siguen transmitiendo y transpirando el arte de la cocina de generación a generación y lo harán, seguramente, por muchos años años. El Municipio, a través del Intendente Marcos Torres, le entregó a Roal de manos del artista Pedro Garbi, una distinción en reconocimiento al arduo labor de «Herencia» durante todos estos años y, en el medio, se hizo un paréntesis para contar la historia familiar.
«Hoy somos nosotros los que tenemos el honor de homenajear a toda una familia, que a través de las generaciones vienen posicionando a nuestra gastronomía a nivel internacional, no solo con sus destrezas y talentos, sino también con sus valores.
Nos referimos a los Zuzulich, una familia unida por los valores de la hospitalidad, la amabilidad, el trabajo en equipo, llevando a todas partes esos ideales que orgullosamente nos representan a los altagracienses donde sea que vayamos.
Esta historia se remonta al año 1961, cuando Roal Zuzulich padre y Estela Maris Crisalli dieron el sí, y emprendieron viaje desde Buenos Aires, para empezar su vida en familia acá muy cerquita, en La Isla, donde todos sus hijos se criaron rodeados de naturaleza, de animales, trabajando la tierra y generando el gran amor por el producto, por la materia prima, que hoy tan de moda está pero que ellos traen en su ADN desde toda la vida.
Desde temprana edad, todos formaron parte de ese arte que es hacer sentir bien a los demás, desde el hotel que sus padres adquirieron en La Isla allá en la segunda mitad del siglo XX hasta los destacados establecimientos en los que cada uno de los integrantes de la familia continúa trabajando con amor y compromiso, porque, orgullosamente, el trabajo y la hospitalidad son los motores que los mueven.
Hoy, eso es la familia Zuzulich: Es legado, es historia, es respeto, humildad y trabajo, amor y amabilidad. Roal, Jorge, Yolanda, Martín, hoy, en Festival Peperina, toda Alta Gracia los homenajea por cada uno de esos valores, que mantienen intactos y que continúan contagiando felizmente a jóvenes profesionales, de la cocina, responsables de logística, productores y tantos trabajadores más, como a cada uno de los comensales que encuentran en esta auténtica “familia de cocineros”, una herencia de la que absolutamente todos podemos sentirnos orgullosos»…
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