Los Modernos vuelven a presentarse en Alta Gracia

Esta noche a las 21:30 hs llega a Alta Gracia la octava obra sobre libreto original de Pedro Paiva de “Los Modernos” que lleva por título el número aniversario de la conformación del dúo “15 años”. La cita es en Espacio Solares. Pedro Paiva y Alejandro Orlando conformaron “Los Modernos”  allá por el 2002 y este nuevo espectáculo es un recorrido por el humor, la estética y el contenido más brillante, de todos las libretas anteriores con las que realizaron más de 1.000 funciones en Argentina, más de 1.000 en España, Francia, Suecia, Uruguay, Chile y México y fueron vistos por más de 1.500.000 espectadores. RESUMEN dialogó con Alejandro Orlando acerca de este largo camino, de arte, creatividad y mucha amistad.

Después de dos años de no presentar nada juntos, volvieron en agosto. ¿Cómo nace la idea? Y cómo lograron esta síntesis de tantos años?

Muy natural. Pedro y yo somos dos amigos a los que nos tocó trabajar juntos. Éramos amigos antes y lo vamos a ser siempre. En la última gira por España Pedro decidió quedarse en Pamplona y lo que iba a ser un año sabático se terminó transformando en dos. Los productores nos empezaron a llamar en ocasión de los quince años. Los Modernos, fueron y son una aventura absolutamente maravillosa, que nos ha pasado juntos, por lo que nos pusimos a armar este nuevo espectáculo con muchas ganas.

Dos amigos que un día se encuentran trabajando juntos. ¿Cómo se conocieron?

El Pelado (Pedro) se vino en bicicleta desde Uruguay cuando se iba camino a Machu Pichu, como un viaje iniciático de su vida. Apareció por Córdoba cuando yo estaba haciendo una obra en María Castaña, en la calle Lima. Entró por esa calle y decidió quedarse, porque estaba cansado. Nos avisó que tenía un monólogo, me puse a hablar  con él y nos quedamos charlando toda la noche.

Pero faltaba para que naciera el dúo…

Sí. Yo me fui a España pensando quedarme tres meses, pero en realidad me quedé cuatro años y seguimos alimentando esa amistad. El Pelado ya se había instalado en Córdoba y me llamaba desde los teléfonos públicos. Yo le mandaba encomiendas, libros. Por eso, cuando volví a Córdoba surgió natural buscar la forma de pasarla bien en el escenario, así como la pasábamos bien como amigos. Eran años difíciles, se había caído el gobierno de De la Rúa, y decidimos salir a pasar la gorra. No se usaba en ese momento, pero la gente tenía otros problemas y no iba a las salas; entonces decidimos ir a buscar al público.

¿Y el nombre?

Un día íbamos caminando por la calle 25 de Mayo, en barrio General Paz, y vimos una pared descascarada en la que apenas se leía: Lavadero García, el Moderno. Todavía tenemos una fotografía de eso. Yo dije: ¡Los Modernos!, por esa idea de ser modernos en la posmodernidad es ya estar pasado de modas; algo retro pero a la vez algo que nosotros pensábamos que estaba muy de vanguardia con respecto al teatro de aquel momento. El día que lo cerraron para demolerlo, para hacer tres edificios enormes, nos invitaron a la fiesta y pasamos a ser parte de esa historia.

¿Cómo crearon a esos personajes? A qué apuntaban?

Teníamos la idea de los textos, que los escribe el Pelado, pero estábamos buscando una estética muy personal. Cómo sabíamos que no íbamos a ir a un teatro donde la gente se sentara cómodamente en una butaca para vernos, teníamos que buscar algo, una estética potente. Por eso, pensamos que si no íbamos a tener un escenario, teníamos que lograr lo mismo tener altura, y de ahí surgieron los zuecos. Las polleras, se nos ocurrieron para sorprender al espectador que estaba ahí con su novia, sentado en la mesa con su vino adelante; y  así los anillos, los bigotes de Pedro. Y yo por primera vez en mi vida me puse una peluca negra con todos los pelos parados para ser un opuesto complementario con el Pelado.

Muchísimas funciones y más de un millón de espectadores. ¿Cambió el público?

Sin lugar a dudas ha ido cambiando. Mucha gente nueva y joven viene  avernos. En nuestro formato café concert, nos acercamos a la gente, mesa por mesa, así que podemos observar también quiénes vienen a vernos. Han cambiado los tiempos, hay problemas económicos, pero cuando la gente viene a vernos, lo vive como un momento liberador, y eso es lo que nos hace a nosotros también como personas.

¿Qué sigue ahora?

Nos quedan un par de funciones por acá y el mismo festejo que hicimos en Córdoba, lo vamos  a hacer en Barcelona con una temporada. Y además tenemos en agenda, París, Bruselas, Berlín y Madrid.

 

El precio de las entradas numeradas tienen un costo de $260 y las no numeradas, $220.

Salir de la versión móvil