La Federación Internacional de rugby presentó el jueves pasado un estudio basado en los riesgos de transmisión por transpiración y saliva. En ese aspecto puso el foco en los scrum, esto es cuando con dos plataformas de ocho jugadores forman un pilar y se enfrentan, en ese momento se produce un alto riesgo de contagios.
Por eso la propuesta incluye que cuando el scrum no haya podido iniciarse, como ocurre frecuentemente al tratarse de un complejo equilibrio, no se reinicie el proceso y se decrete un golpe franco.
Aquí la responsabilidad caerá en los mismos jugadores en priorizar la estabilidad sobre el empuje, tampoco habrá scrum tras un golpe de castigo, los equipos pueden elegir entre patear a los palos, al Line o scrum. “Este tipos de cambios se verán reflejados en poco tiempo en las principales competencias internacionales, pero lo mejor sería que nos podamos ajustar y de esta forma prevenir contagios de cual patología”, manifestó el jugador de Leicester Facundo Gigena a Resumen.
El rugby será uno de los tantos deportes que deberán adaptarse a nuevos cambios en su estilo de juego, como deporte en equipo que es y al presentar algunas condiciones que pueden llevara posibles contagios.
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