No fue una noche multitudinaria como la anterior, pero estuvo dotada de una alta dosis de fiesta la que tuvo a Sergio Galleguillo como su número central.
Un artista con carisma, una banda que sonó siempre ajustada y un público que entiende a la música como una celebración le dieron el marco perfecto a la actuación del «Gallo».
Hubo chaya. Y de la buena. No faltó nada, ni la harina, ni la albahaca, ni la nieve loca. El público deliró con cada tema y los vivió a pleno saltando, bailando y cantando a coro.
Se dio entre Galleguillo y su público una química muy especial que hizo que la fiesta fuera completa conforme avanzaba el show. Gran cierre para la cuarta noche de Colectividades, con la platea y la popular enlazadas al escenario a puro festejo.
El telonero perfecto
Tal vez el calificativo de «telonero» le quede chico a Emiliano Zerbini, que hace rato viene siendo una figura con luz propia. Pero lo cierto es que su música, su ángel y su voz conformaron la combinación ideal como antesala a Galleguillo.
Zerbini volvió a demostrar en Colectividades que no es un número más en el escenario. Su trayectoria lo avala y cada actuación suya lo certifica.
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