Luego de que a principio de noviembre Confluencia (el sector de Ramón Mestre) y Morena (que lidera Mario Negri) votaron en conjunto para postergar hasta el 21 de marzo la fecha de la elección, quedó más que claro que ese fue solo una primera expresión de un acuerdo a largo plazo entre los dos popes del radicalismo cordobés.
La nueva hermandad, o tregua luego de la masacre, entre el ex Intendente de Córdoba y el Diputado Nacional desencadenó la pronta reacción de Rodrigo de Loredo y apuró la presentación en sociedad de SUMAR, la “liga opositora” interna que agrupa a Marea, Línea Córdoba y Consenso, entre otros y varios intendentes de distintas localidades.
Este mediodía, aparecieron en las redes las fotos de esa comunión de correligionarios cuyo objetivo sería renovar las filas de las autoridades del partido, para terminar con la hegemonía mestrista y las eternas candidaturas de Mario Negri. Y, sobre todo, volverse competitivos en vista al 2021 y al 2023.
De hecho quedan afuera, Confluencia, de Mestre; Morena, de Negri; Fuerza Renovadora, de Miguel Nicolás, Identidad Radical, de Dante Rossi; Córdoba con Todos, de Juan Jure y Asamblea Radical, de Sergio Piguillen.
¿Y cómo queda lo local?
En Alta Gracia, hasta noviembre, las líneas y sus armados locales, se reflejaban con cierta armonía y algunas contradicciones con lo que pasaba a nivel provincial.
Recordemos que para mayo de 2019 la batalla fue feroz tanto que, descartada una interna previa a las elecciones provinciales, Ramón Mestre y Mario Negri arrastraron a todos sus secuaces y candidatos a una elección dividida e, inevitablemente, al fracaso contra Hacemos por Córdoba y Juan Schiaretti.
Vinculados al Presidente de la UCR Córdoba, la Legisladora Marisa Carrillo (electa justamente en la lista de Mestre) y el nuevo núcleo Compromiso y Renovación, con Martín Barrionuevo y Maximiliano Capdevila de referentes; a nivel departamental, Claudia Cuffa, autoridad del circuito.
Más discretos, pero en esa línea, la Tribuno de Cuentas Leticia Luppi y el edil Marcelo Jean, quien representa el Bonfiglismo.
Del otro lado, con el claro objetivo de destronar al mestrismo, estaban Roberto Brunengo, (justamente candidato a Legislador Departamental de Mario Negri), Omar Allende, Lucía Allende, Amalia Vagni, Germán Rodríguez, Eduardo Molina, para nombrar a algunos.
Leandro Morer, quien se mantuvo en modo camaleón por todo el tramo provincial, en épocas de elecciones municipales ya había abandonado el mestrismo para sellar un acuerdo con Orlando Arduh y encabezar la fórmula con Amalia Vagni y el radicalismo unido.
Ese abrazo de campaña entre todos duró poco. Morer quedó a un costado (y sin banca), mientras que los flamantes ediles se la pasaban de reuniones en la casa del Presidente partidario, el negrista Omar Allende.
Orlando Arduh le confió a Morer un cargo como asesor en la Legislatura; el otro que fue beneficiado por el mismo contrato fue Roberto Brunengo, quien se desempeña como asesor del ex Intendente de Río Cuarto, Juan Jure (también cercano a Negri) Por último también el mismo Presidente de la UCR-Alta Gracia, Omar Allende, presta servicio como externo en la Legislatura.
Por más que en esas tertulias en el medio de la pandemia hubo ciertos cruces, los límites de quienes alguien nombró irónicamente “los sabios” parecían ser la Legisladora Marisa Carrillo, el joven Martín Barrionuevo y, para muchos, el ex candidato Leandro Morer, aunque por su cercanía con Arduh, fue un invitado obligado de algunas ocasiones.
Los nuevos acontecimientos barajaron y dieron de nuevo. O eso parecería.
Amalia Vagni bien sentada entre las figuras principales de SUMAR, cerca de Rodrigo de Loredo. Leandro Morer a un costado pero presente en el acto de lanzamiento, para acompañar a Orlando Arduh.
Mestristas y negristas y afines quedaron, por ahora, del otro lado del charco.
Lo primero que surge preguntarse es cuán cierto pueda ser el alejamiento de Mario Negri, de los integrantes de SUMAR . Porque mientras es indiscutible la oposición a Ramón Mestre, las críticas a Negri parecen más una estrategia de conveniencia que una convicción.
O, como dicen otros, la idea de un arreglo entre los popes “de siempre” realmente convenció a los demás a patear el tablero. Y en buena hora, considerando las derrotas de 2019.
Sea como fuere, habrá que ver cómo queda ese amontonamiento repentino que deja a Roberto Brunengo, Omar Allende, Lucia Allende, Germán Rodríguez, Eduardo Molina juntos con Marisa Carrillo, Marcelo Jean, Leticia Luppi, Martín Barrionuevo, entre otros, todos de un mismo lado, bajo el ala del acuerdo Mestre-Negri.
Si la idea de la liga opositora era SUMAR, lo que se ve del otro lado por ahora es más una cuestión de AMONTONAR.
Eso, frente a los ojos críticos de los mestristas de siempre que, en esta contienda, parecen los únicos que no se movieron de su posición y miran como todos los demás bailan, ondulándose de un lugar al otro en la supuesta búsqueda de la unidad.
Esa nueva mesa compartida entre Vagni y Morer, ¿aleja o recrudece la interna local? Qué dicen los correligionarios?
Mientras tanto, el sábado en Despeñaderos estaban todos, o casi, a los abrazos con distanciamiento, para apoyar al candidato Héctor Penna.
Un estrategia que repite exactamente la campaña de Río Cuarto y que, como pasó en la ciudad del sur de Córdoba, incluye una sobrecarga en las redes sociales de saludos, fotos, videos y muestras de apoyo de referentes nacionales y provinciales.
Pero ojo. En ambos casos siempre bajo el paragüa de Juntos por el Cambio, la alianza con el PRO, la CC-ARI y el Frente Cívico, que desde las PASO nacionales del 2019, fue garante de la unidad de los integrantes del partido centenario en Córdoba luego de la tormenta provincial.
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