Mariano Arévalo tiene 38 años. Cuando tenía 4 años tuvo un accidente automovilístico y los vidrios del parabrisas le dañaron la vista por completo. Además, en el mismo momento, perdió a su mamá, su hermanito y su abuelo. Mariano fue criado por su abuela y su papá. En diálogo con Resumen, Mariano muestra un optimismo y una fuerza de voluntad fuera de lo común. “Ellos fueron mi gran pilar, puede estudiar y hacer siempre lo que quise. Tuve una vida linda, pero a veces las cosas se me complicaron un poco más”.
Mariano está separado y tiene tres hijos que quedaron a su cargo. Uno de 15, uno de 12 y una de 10 años. El mayor, este año, está estudiando en un instituto técnico en Córdoba y viviendo allí. “Quiero garantizarles buenos estudios, pero no puedo costear en este momento los pasajes para que vaya y vuelva. Pero yo quisiera que pueda volver a vivir acá, porque Alta Gracia, me deja más tranquilo”, aclara el padre.
“Trabajo muy bien”
Mariano defiende el sistema de pensiones para discapacidad, y se muestra preocupado por la situación general. Sin embargo ese no es su horizonte, porque para su vida, su realización y el ejemplo que quiere darles a sus hijos, él quiere trabajar. “Trabajé en la metalúrgica 6 años y en gastronomía 7 años. Jugué además en la selección de ciegos de fútbol. Necesito un trabajo, no quiero una pensión. Siempre me desenvolví de esa forma: ser igual al resto, tener una vida como los demás. La pensión es una buena salida, pero yo, en lo personal, pienso que soy apto para trabajar. Soy joven, responsable y trabajo muy bien”.
Tampoco es tan fácil, más allá de los cupos para personas con discapacidad, porque el hombre ha tenido que demostrar, con uñas y dientes, que puede desempeñar distintas tareas, contra las barreras sociales de los prejuicios, que, admite él mismo, a menudo son de buena fe y con ánimo de cuidarlo.
“Yo trabajo en cualquier lado. El tema es tener la posibilidad y luego que yo la sepa aprovechar o no, son dos pesos a parte. Lo que uno que busca y pide es la oportunidad. Nos es muy común o normal que un empresario me confíe tareas. Recibí mucho apoyo y respeto tanto de compañeros como de supervisores y es lo más lindo que me pasó, pero siempre dudaron de que pudiera hacer determinadas cosas. Y hay muchas cosas que yo puedo hacer y bien”.
Padre ejemplar
Sylvia Gerosa, Directora de Ia escuela primaria José María Paz, cuenta a RESUMEN que “Mariano es un excelente padre. Siempre fue laburador, participa y participaba de las reuniones y, cuando trabaja en Córdoba buscaba a los chicos, y si no podía un tío lo ayudaba. Pero siempre fue presente y los crió de una forma maravillosa. Hace un tiempo, vino a pedirnos ayuda, porque se quedó sin trabajo. Nos pidió que lo ayudáramos a preparar un currículum”.
La situación del joven padre es complicada, ya no puede sostener los servicios y las facturas de la vivienda que comparte con sus hijos menores.
A través del Concejo Municipal de Discapacidad, Mariano accedió a un Programa de capacitación laboral, Promover, que apuesta a que sus participantes construyan o actualicen su proyecto de formación y ocupación, en el desarrollo de trayectorias laborales, en la finalización de estudios formales, en experiencias de formación o de entrenamiento para el trabajo, en la generación de actividades productivas de manera independiente y/o en la inserción en empleos de calidad.
stá realizando los cursos en la Oficina de Empleo del Anisacate, para poder soñar con una actividad autónoma.
En ese sentido, Mariano está evaluando la posibilidad de poder crear su propio microemprendimiento, para poder construir su futuro y el de su familia.
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