Por su amor por los fierros, sus amistades entrañables, Luis Landriscina fue designado padrino de los festejos de los 50 años de la Misión Argentina.
El sábado por la tarde se subió al escenario y dio un emotivo discurso en el que no faltó el humor, pero que incluyó mucho amor por la patria y varias reflexiones acerca de esa hazaña y sus héroes.
En primera instancia hizo referencia a la distinción que recibió el Mago Oreste Berta, como Doctor Honoris Causa de la UTN: “A mí me hicieron Doctor Honoris Causa de la Facultad del Litoral Argentino, pero no sabía que rubro yo. Entonces les dije que si era por Doctor en medicina, yo no atiendo por mutual. Y ahora que él (Oreste Berta) es Doctor Honoris Causa, eso lo podemos trasladar a los precios”.
Luego refelxionó acerca de aquella expedición de 1969 en Alemania: «Fundamentalmente agradecer a los que están acá representando a todos los que no están. Los que estuvieron en esa epopeya hace 50 años y fueron a mojarle la oreja a todas las marcas del mundo”, expresó causando la ovación de los Torineros presentes. “Fueron por sentimientos de argentinos, no para ver si salían en algún diario. Por patriotas, que es una palabra que no se está usando mucho. Los tres Torino no tenían ninguna publicidad, decían solo Misión Argentina”.
Landriscina siguió con un tono solemne y reflexivo y recordó a su amigo René Favaloro:
“Yo soy fierrero y sobre todo soy amante de mi país. Como lo dije muchas veces, era tan amigo de Favaloro, por que no dolía la patria”, dijo emocionado mientras algunos presentes empezaron a corear “¡Argentina-Argentina!”. “Y a Oreste Berta le duele la patria. Porque todo lo que hizo, lo hizo para que Argentina fuera conocida en el mundo”.
Finalmente agradeció la decisión de la organización de las celebraciones de convertirlo en padrino de la fiesta, con un toque de nostalgia:
“Para mi es muy muy importante ser el padrino de esta fiesta. Yo quería ser corredor de autos, no humor. Pero la vida me llevó para otros lados. Soy apasionado del automovilismo desde que era un niño. Yo soy huérfano y me crió mi padre adoptivo. Mi padrino, Don Santiago me llevó cuando tenía 5 años a ver la llegada del Turismo Carretera en Resistencia. Eran los que tenía capot de lona. Imagínense lo viejo que soy. Tengo más años que la escarapela. Y ahí me enamoré del automovilismo”.
Foto: gentileza 50 años la Misión Argentina
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