Lo dijo uno de los pacifistas más importantes de la historia: “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que se trata a sus animales”. Mahatma Gandhi, a fin de cuentas, no estaba muy errado.
El miércoles por la tarde se comenzaron a viralizar unas imágenes tan sensibles como impactantes: una tortuga en el Tajamar había sido atacada con salvajismo y saña, rompiéndole el caparazón. Ni bien fue encontrada, personal de Defensa Civil la llevó hasta “la casita” de la Fundación ADMA donde con rapidez encontraron un veterinario que pudiera atenderla. Según observó el especialista, las heridas habrían sido causadas por piedras u otro elemento contundente. La gran herida compromete uno de sus pulmones, por lo que corre riesgo su vida, y en caso de recuperarse, no podría volver a su hábitat natural. El animal será sometido a cirugía hoy a las 14 hs.
Carolina Romagnoli, presidenta de la Fundación, expresa que con la violencia y la fuerza con la que fue atacada, no fue un niño quien realizó la agresión: se requiere de mucha fuerza para lograr romper un caparazón, por lo que el atacante sería un adulto o adolescente. Voluntarios de la Fundación, visiblemente conmocionados, comentaron que el animal tenía lágrimas de dolor, algo tan triste como poco común.
Comentarios: