Cultura

Small Jazz Band: «Siempre queremos tocar en Alta Gracia y soñamos festejar el aniversario allá también»

Francisco F. Castillo (h) (corneta y clarinete), Luis Alasino (trombón y saxo alto), Alejandro Kras (banjo), Roque Celis (tuba) y Javier Machado (batería y washboard) conforman la mítica banda «Small Jazz Band», que desde 1981 recrea el ortodoxo estilo New Orleans en escenarios de todo el mundo.

Sus inicios estuvieron marcados por la ciudad del Tajamar donde uno de sus integrantes vivía en aquel momento. Aquí realizaron su primera presentación y posteriormente hicieron base en la ciudad de Córdoba donde salieron de gira en innumerables oportunidades. Alta Gracia tuvo el honor de tenerlos en el Milo Morcillo durante las fiestas de Colectividades de los años 2009, 2010, 2014, 2015 y 2016.

Se los llama «la banda de jazz de Córdoba» y tienen una dilatada trayectoria que incluye 4 cortes discográficos: su primer CD («Harlem Joys») apareció a mediados de 1994 («Harlem Joys»); es el primer disco compacto realizado por un grupo de jazz del interior de la Argentina y fue nominado por A.C.E. (Asociación Cronistas del Espectáculo) entre las cuatro mejores producciones de jazz de ese año. En 1996, habiendo obtenido el premio del Programa de Apoyo a la Edición Musical de la Municipalidad de Córdoba, la banda lanzó “Small Jazz Band, 15 años con el jazz”. En septiembre de 2004 presentó “Alta Sociedad”, CD que muestra el repertorio que transita después de más de 25 años y en el que participan músicos invitados de EE. UU., Francia y Chile, como también de Capital Federal; y a finales de 2012 se lanzó “Clásicos del Jazz”, un recorrido por los 30 años de la banda desde los temas más tradicionales del estilo.

Francisco, uno de los pioneros, accedió a una entrevista con RESUMEN donde cuenta origen, trayectoria y sueños de la banda en el año de su aniversario y a días de haber deleitado a miles de personas con su música en la fiesta mayor de la ciudad.

¿Como surgió la Small Jazz Band?
Tres de los originales, Alasino, Dahbar (batería) y yo (Francisco F. Castillo) somos egresados del Instituto Domingo Zípoli, más conocido como Escuela de Niños Cantores de Córdoba; en la cual tuvimos nuestra enseñanza musical que después complementamos con el conservatorio. Como yo iba mucho con mi familia a Alta Gracia allí lo conocí a Kras y él, que tocaba piano y guitarra, se pasó al banjo, instrumento indispensable del estilo que abordamos. En mi caso, mi padre era aficionado al jazz tradicional y tocaba como hobbie el clarinete, él me pasó esta pasión y a través mio a mis compañeros de escuela y amigos músicos, hoy integrantes de la Small.

¿Por cuántos escenarios han pasado en todos estos años?
Cientos, miles … la primer actuación como banda, es decir con el nombre Small Jazz Band, fue en Alta Gracia en un bar que se llamaba «Miosotis» que hoy ya no existe aunque si está la casa. Quedaba en General Paz y Ferrari, a pocas cuadras de la terminal vieja.

¿Hubo algún momento en que sintieron que ya se había terminado un ciclo?
Para nada, jamás. Primero que estamos completamente comprometidos con nuestra expresión jazzística, no podemos imaginarnos otra realidad que no incluya tocar jazz tradicional con la banda. También porque es tan amplio el repertorio, los arreglos y demás que no nos alcanzarían varias vidas para agotar el ciclo. Cuando los objetivos están bien claros y son compartidos por todos, se pueden encarar acciones a largo plazo e ir creciendo día a día. Además, algunos de los integrantes somos muy buenos amigos, aunque ese no es el motivo de permanencia en el grupo. Somos profesionales en el más estricto sentido de la palabra: encaramos la tarea musical con la mayor exigencia posible, con mucho estudio y sin presiones externas; tocamos lo que realmente queremos y nos gusta, sin condicionamientos mediáticos y/o comerciales, elegimos qué tocar, qué grabar, dónde y cuándo tocar, algo que pocos músicos pueden hacer. Actuar en Colectividades de Alta Gracia fue nuestra elección, más allá de que luego las comisiones nos han ido contratando pero eso fue porque nunca dejamos de expresar nuestro interés de tocar en la ciudad que nos vio nacer y para ello pusimos mucho de nuestra parte, también.

¿Sienten que el jazz es un estilo musical que le falta más representantes en la Argentina?
No, hay muchos y muy buenos músicos de jazz en el país, lo que falta es difusión. Hay bandas de jazz tradicional en casi todas las provincias y en Buenos Aires hay como 10 o más, contando sólo de este estilo que hacemos al cual le podemos llamar «Jazz Tradicional» o «Jazz de Nueva Orleans». Es muy triste comprobar que en el extranjero saben más de nuestros músicos y bandas de jazz que aquí mismo y doy un ejemplo: «Vince Giordano», gran músico y director de orquestas de jazz que vive y toca regularmente en New York, con quien tocáramos allá invitados por él en 2012 y 2015, quien además graba las bandas sonoras de jazz de las principales películas de Hollywood, nos hablaba de Oscar Alemán (tremendo guitarrista chaqueño conocido en todo el mundo) y bandas como la Delta, la Antigua, la Porteña e incluso conocía nuestra banda y tenías grabaciones nuestras. Lo que falta es difusión porque los medios rarísima vez difunden algo no comercial, mucho menos si es del país y muchísimo menos si es de acá cerca. Como dice aquella frase proverbial, «cómo va a ser bueno si vive a la vuelta de casa». En Córdoba somos la única agrupación estable del género, de allí que nos dicen «la banda de jazz de Córdoba» pero aquí es más complicada la situación para formar músicos en estos estilos ya que el fenómeno comercial llamado cuarteto se lleva todos los recursos y deja muy poco para las expresiones artísticas y culturales.

¿Viven de esto o cada uno tiene otro oficio?
Las dos cosas se complementan. Vivimos de la banda pero no es nuestro único ingreso. El baterista tiene negocios, el banjoista trabaja en Renault, el tubista en una banda militar y Alasino y yo en el Ministerio de Educación: Luis como docente de música y yo como Supervisor del área musical aunque por más de 20 años fui también docente musical. Lo que sí es importante diferenciar con otras agrupaciones es que, a excepción del tubista, la Small es el único grupo en el que tocamos, no tocamos en otros grupos ni otros géneros, algo muy poco común en el medio. Nos dedicamos exclusivamente al jazz tradicional y a la banda, en términos de participación musical.

¿Cómo surge la relación con Daniel Passerini que varias veces ha compartido escenario con ustedes?

A Daniel lo conocimos hace algunos años cuando él era intendente de su localidad, Cruz Alta, y nos invitó a tocar allá en un festival que organizó. Al poco tiempo es nombrado Ministro de Solidaridad y yo comienzo a encontrarlo en actos de gobierno por mi trabajo. Nos hicimos amigos y cada vez que podemos nosotros lo invitamos a tocar con nuestra banda y él me invita a tocar con la banda de su pueblo natal. Hemos compartido varios escenarios. Es un amigo, una excelente persona, un gran trabajador y buen músico.

¿Cuales son las expectativas a futuro?
Las expectativas a futuro son, en el mediano y corto plazo, festejar los 35 años toando, con un show principal obviamente. A mediano y largo plazo, viajar nuevamente a la cuna del jazz, New Orleans, y poder tocar allí y en New York con músicos conocidos en viajes anteriores en los lugares emblemáticos del género. También seguir tocando, grabando y creciendo musicalmente.

¿Alguna experiencia que les gustaría remarcar?
Hay muchas historias pero no todas se pueden contar … recuerdo un día allá por los años 90, nos había contratado la gaseosa «cola» para tocar sobre un camión en una caravana por el centro de Córdoba. La promoción anunciaba el paso del camión por las calles con los auténticos personajes de Disney llegados desde EE. UU. saludando a los chicos y regalando unos muñequitos. Terminamos en el Parque Sarmiento y cuando nos bajamos una señora muy caté y sus hijas nos hablaban en inglés, presumiendo que éramos del norte. Cuando yo les contesté en castellano, porque las había escuchado hablar entre ellas, me miró malamente, giró para irse y le dijo a sus hijas: «Vamos, son de aquí nomás!», no dijo ni «Bye». En cuanto a Alta Gracia, siempre queremos ir a tocar allí, donde soñamos con hacer un concierto festejando el aniversario también en esa ciudad.

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