Y el retorno a la «bimodalidad», es decir la presencialidad pero con burbujas, a partir del 26 de julio, fue una de las novedades. El ministro del área, Walter Grahovac, anticipó que un «segundo semestre intenso, si la situación epidemiológica mejora y nos acompaña».

El contexto será la necesaria continuidad de un «acompañamiento pedagógico» y la confirmación de que «febrero seguro tendrá actividad escolar» en la provincia. A los «11 mil alumnos que adeudan materias» y demandó atención se les vuelve a sumar el cambio de nivel para los sextos años de los niveles Primario y Secundario.

La certeza que brindó el funcionario es que «no habrá una promoción automática», pero que el ciclo 2021, en cuanto a contenidos, se estirará hasta el año próximo: «Habrá pruebas e información pedagógica, además de la evaluación sumativa o cualitativa, y el concepto de evolución». En la conferencia, quedó confirmado que el cursado de lunes a viernes pasará de las cuatro horas diarias actuales a ser cinco.

Grahovac confirmó que el complemento será obligatorio y recordó que, antes de la pandemia, «las primarias tuvieron seis horas de clase por día» y fueron reducidas «cuando no había vacunas y sí más incertidumbre».

Consideró que «la adaptación de las escuelas con el sistema de alternancia y burbujas fue excelente en el semestre del primer» y «los problemas que hubo rápidamente se corrigieron».

A su vez, adujo que «los secundarios están preparados para que haya entre cinco horas y media y ocho horas de clase», con lo cual consideró que existe la «disponibilidad física».

Cuando fue consultado respecto a la utilidad de la hora nueva, adujo que será «para todo lo que haga falta».

Y concluyó: «El sistema educativo por su envergadura, realidades geográficas, sociales y educativas, tiene distintas situaciones. No todos los chicos van al mismo ritmo, hay una banda común pero con variaciones. Remota. En el secundario, apuntaremos a las materias del ciclo orientado o especializado, que hoy se abordan interdisciplinariamente».