Sergio «Peto» González dice que nació dos veces; y no es para menos ya que esperó por más de siete años un riñón que llegó hace pocos días. Su familia está feliz y él se toma esta nueva vida con la alegría y el empuje que lo caracteriza. «Siempre fui un amante del heavy metal, pero ahora voy a tener que incorporar la electrónica también», dice entre risas y a pocos días del post quirúrgico; y agrega: «Hay que hacerle honor tanto al donante como a su familia que no dudo en dar más vida. Hay muchas mitos con esto todavía, pero por suerte hay gente que ya entiende de qué se trata».
La aclaración que hace en cuanto a la música, tiene que ver con los gustos de quien fuera el donante. “Lo primero que me dijo el nefrólogo del Hospital Privado donde me hicieron la cirugía fue que cuidara este riñón porque es la manera de mantener con vida a este muchacho; y eso estoy haciendo. Me cuido mucho y agradezco a Dios esta oportunidad. Yo cumplo año dos veces al año; una vez el 9 de septiembre y otra el 6 de diciembre”, cuenta.
Una familia
“Peto” hizo diálisis durante siete años; en un primer momento en el Privado, y luego comenzó en Aterym, el centro de diálisis que se encuentra en nuestra ciudad. Allí comenzó a formar parte de la lista de espera para el transplante, una espera que concluyó el 5 de diciembre cuando un llamado de parte del Director de la institución, el Dr. Sergio Boni cambió radicalmente sus días. “Fue todo muy rápido. Yo ya había apagado el teléfono, eran como las 11 de la noche y se ve que como no atendía mandó a buscarme. En horas ya estaba preparado para la cirugía”, cuenta el paciente que define a Aterym como una gran familia: “Para muchos, hacerse diálisis es una tortura, no entienden que es la manera de mantenerse vivo; van desesperanzados, tristes; para mi nunca fue así, la máquina nos mantiene en un impasse hasta que llegue el trasplante, porque el trasplante llega”, agrega González, mientras saluda a Boni y a todos los integrantes de la institución en esta nueva etapa.
“Hay muchos mitos”
Boni, es paciente y didáctico; explica cada detalle como si fuera su última clase. Hace hincapié, sobre todo, en los mitos que hay en torno a la donación de órganos, a la lista de espera y a la combinación de profesionalismo y humanidad que deben tener los médicos tanto en ésta área como en otras.
“Están en la lista de espera, pero no significa que ante la oportunidad de un órgano solo pueda recibirlo el primero que está en la lista; lo que importa es la compatibilidad; se hace un estudio y el órgano va a quien es más compatible. De eso depende que el cuerpo lo acepte y puedan comenzar a convivir, además de los cuidados de cada uno; claro”, sostiene; y agrega que González padece de Poliquistosis renal, una enfermedad congénita en la que se forman múltiples quistes en los riñones, lo que aumenta su tamaño. “Acá cada paciente es tratado con cariño por todo el equipo de trabajo, mantenemos una relación estrecha entre todos, y eso hace no sólo que se sientan mejor y contenidos; sino que también comiencen a aceptar la enfermedad con más optimismo”, relata; y hace un detalle fino y técnico de todo el proceso que se llevó adelante en González; a quien califica de metódico y prolijo en su tratamiento.
Todo el apoyo
El paciente, no sólo destaca el valor humano de Aterym, sino que también cuenta el apoyo que recibió de su familia y sus empleadores: “Yo tengo que sacarme el sombrero con varias personas, entre ellas la gente de Sánchez Martínez donde trabajo, quienes nunca me hicieron mala cara o me reprocharon si me sentía mal; siempre me apoyaron”, cuenta “Peto”, quien deberá transitar por la vida con barbijo un par de días más y luego comenzará a vivir esta nueva etapa.
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