Se fue Emi D’Ambra. Para todos los que compartieron su lucha, los que la apoyaron y hasta los que no la entendieron. Ayer, 7 de marzo, falleció luego de un larga enfermedad, quien no sólo fue la referente de las Madres de Plaza de Mayo en la ciudad y en la provincia, sino, por sobre todo, quien se encargó de que el olvido no barriera con aquel tenebroso pasado, que no dejó de sacudir ni siquiera a esta tranquila ciudad del interior.
Justo en marzo, el mes emblemático de la Memoria, del 24, de las luchas de Día Internacional de la Mujer. Un día ella dijo: “la memoria está asegurada”. Hoy, podemos decir, que ella, con su incansable lucha y compromiso aseguró el camino que nos protege un poco a todos del olvido.
Emi tenía 88 años y nunca dejó de llevar consigo, en su rostro, en su voz, en sus gestos, la pérdida de sus hijos Carlos, de 23 años, y Alicia, de 21. Él, secuestrado el 20 de noviembre de 1976, fue visto en el Campo Clandestino de Detención “La Perla”, en Córdoba; ella, capturada el 13 de julio del mismo año, en el “Pozo de Banfield” y “Automotores Orletti”, centros de tortura y de muerte situados en Buenos Aires.
Una pérdida acompañada por la incertidumbre, por la búsqueda de verdad y justicia de a ratos paciente, de a rato frenética, acompañada por su marido, Santiago » Charo» D’Ambra hasta el 2007, cuando tuvo que hacerlo sin él.
Emi fue una de las primeras Madres en entrevistarse en España con el juez Baltasar Garzón, para testimoniar sobre los delitos de Lesa Humanidad perpetrados por el Estado argentino durante los años de dictadura (1976-1983).
Vivía en Alta Gracia desde hace mucho, una ciudad en la que «durante muchos años había vecinos que se cruzaban de vereda cuando me veían pasar», contó alguna vez. Costó mucho, pero, a más de cuatro décadas del golpe cívico-militar, era una figura reconocida y respetada en nuestra ciudad.
En 2011 la Municipalidad de Alta Gracia, de la mano de Mario Bonfigli, le entregó una plaqueta en reconocimiento a su labor y en 2013 recibió el premio Aricó de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Córdoba. En esa ocasión, se produjo un vídeo entrevista con Emi y sus familiares en el que se reconstruye su vida y su lucha.
Emilia nació en Constitución, en Capital Federal y su infancia trascurrió poco lejos de allí, en Nueva Pompeya. Por eso, se definía “porteña de alma”, aunque reconocía que la ciudad de aquel entonces era muy distinta de la de los últimos años. Era de familia de inmigrantes gallegos; “Mis padres vinieron con lo puesto y yo estaba con ellos” relata en el vídeo, aludiendo al hecho de que la madre ya estaba embarazada cuando cruzó el océano. Estudió el secundario comercial a pesar de que quería ser maestra y empezó a trabajar antes de cumplir los 18, en una fábrica de pinturas.
Es allí donde conoce a Santiago D’Ambra. Después de 2 años se casaron y se vinieron a venir a Alta Gracia: “ él decía que habíamos venido de luna de miel, y todavía estamos acá”. Tuvieron 4 hijos, todos se llevan un año y medio cada uno. El quinto vino después de 12 años. Ella al igual que Estela de Carlotto y muchas otras madres de desaparecidos, tuvo que replantearse y cuestionar la que había sido su vida hasta ese entonces. Una vida común, criando a 5 chicos en una zona rodeada de descampados. “Qué podía hacer, lo más que hice fue intervenir en las cooperadoras de los chicos”, cuenta quien luego se convertiría en uno de los símbolos de la lucha para la Memoria.
El 25 de agosto del año pasado estuvo sentada en primera fila en el juicio de la megacausa La Perla, el más grande en la historia judicial de Córdoba y uno de los juicios por delitos de lesa humanidad de mayor importancia de todo el país. En esa ocasión sostuvo: “A Menéndez la Justicia le dio todas las oportunidades que él no le dio a nadie. Y nosotros nunca interpusimos ningún prejuicio. Esperamos que la condena sea de la gente”.
A partir de las 18 en Luppi, empezaron a llegar amigos, familiares, referentes de movimientos de derechos humanos. La Plaza Solares se vistió de banderines que aluden a los pañuelos blancos.
Agrupaciones políticas como el Movimiento Evita, La Cámpora, el Movi, se hicieron presentes.
Personalidades como Sonia Torres, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba, Sara Liliana Waitman, quien fue secuestrada junto con Carlos Alberto, Diego Tatián, decano de Filosofía y Humanidades junto con autoridades de de la UNC, entre otros. Entre las últimas horas del hoy y las primeras de la mañana, se esperan a las autoridades locales.
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