Benjamin Soria está a punto de cumplir 8 años. Cuando era muy pequeño, sufrió una broncoaspiración por lo quedó con una secuela neurológica grave, con cuadriplejia. Su mamá, Miriam, hace 5 años que pelea para conseguir una silla de ruedas, acorde a las necesidades de Benja.
En diálogo con RESUMEN, Miriam relata ese peregrinaje injusto y sinsentido: “Anduve por el Ministerio de Córdoba, con el ProFe (Programa Incluir Salud), y me dieron dos sillas que no eran para mi hijo. El año pasado hice una movida pública y me autorizan una silla que supuestamente era una Maclaren de traslado, pero me entregaron una silla para un nene de dos años, más allá de que Benja ya va a cumplir 8 años y es un chico alto. La modificaron porque supuestamente no la podían cambiar, y cuando lo senté a mi hijo se desoldó el sostén del cuello y cabeza. Benja no tiene control cefálico, de torso y de cadera; esa silla, simplemente, no sirve” y agrega, ya indignada “Me dieron la palabra que me ayudarían con las modificaciones y en cambio no pasó más nada. Ahora a esta silla la voy a donar porque es una silla común de traslado y seguramente alguien va a poder utilizarla. El último mensaje que recibí de Ortopédica Argentina es de diciembre, pero nunca vino a retirarla y acondicionarla. Tengo entendido que facturó y ya está, se rieron de nosotros”.
Sin embargo, frente a la negativa del Ministerio de Córdoba y del ProFe, Miriam, ya cansada nunca bajó los brazos. No tienen una entrada estable, el marido es albañil y a veces hay plata, pero otras veces no. “No sé a quién le compete, pero no puedo andar rogando todo el tiempo. Al Estado, al que fuera, no le importa nada de mi hijo y sólo se consigue con mucha lucha y siempre a medias.
La silla, que tanta movida le costó, fue una completa desilusión y desde hace meses, Benja solo cuenta con coches que no sólo no son aptos, sino que ya no le quedan: “No me van ganar, pero si esto sigue así mi hijo va a quedar prostrado para siempre. No le puedo controlar el cuerpito. Más tiempo pasa acostado, más se atrofia y me es imposible sentarlo. Por eso la urgencia de silla y yo sigo yendo y viviendo, pero el nene también se me enferma, no puedo seguir así.
En estos días, recibió un llamado del Ministerio de Nación y fueron a verla a su casa. “fueron muy amables, pero no prometieron nada… por lo menos vino una asistente social a casa. Me dijeron que ya me habían hecho los papeles, y tengo que ir de nuevo a Córdoba y esperar la orden de compra para que finalmente le hagan una silla especial de postura. Es la última vez que peleo y me pongo a esperar y confiar del estado. Sino le pediré a la gente, algún evento voluntario y solidario”, finaliza Miriam.
El ProFe
Las personas con discapacidad motriz forman parte del colectivo social que tiene la cobertura del Programa Incluir Salud, más conocido como ProFe. El Programa Federal Incluir Salud es un Sistema de Aseguramiento Público de Salud que garantiza el acceso a los servicios de salud a madres de siete o más hijos, personas con discapacidad y adultos mayores de 70 años titulares de Pensiones No Contributivas (PNC), entre otros grupos, generando condiciones de equidad para el ejercicio del derecho a la salud en todo el territorio nacional a través de los gobiernos de las 24 jurisdicciones. Según se lee en la página oficial, el objetivo debería ser promover una gestión eficiente y un abordaje integral y alcanza a más de un millón de titulares brindando un acompañamiento continuo de la condición de salud de la persona y de la comunidad; afirmaciones que -en muchos casos- solo son meros objetivos que nunca llegan a cumplirse en totalidad.
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