La final de la Copa Libertadores sigue en vilo: presionado por la cerrada negativa de sus jugadores a jugar la final ante River, Boca pidió anoche «condiciones razonables de juego» para el partido de hoy en el estadio Monumental. El club xeneize dijo que no ve «garantías razonables para el desarrollo correcto» del encuentro.
«Estamos evaluando en qué condiciones vamos a jugar», dijo un alto responsable de Boca. Los principales dirigentes del club seguían reunidos, ya en la madrugada de hoy domingo, con los abogados de la entidad para definir los pasos a seguir en su estrategia de cara a la Conmebol, que quiere que la final se dispute sí o sí.
Daniel Angelici, presidente de Boca, cerró un «pacto de caballeros» con Rodolfo D’Onofrio, titular de River, y Alejandro Domínguez, el jefe de la Conmebol: la final se jugará. El problema de Angelici pasa por sus jugadores, que no quieren saber nada con presentarse hoy en el Monumental. Angelici busca convencerlos con la promesa de que, si Boca perdiera la final, entonces reclamará los puntos a la Conmebol.
Los jugadores no coinciden. «¿Quién nos da garantías de que mañana salgamos con vida de esa cancha?», le dijo a LA NACION un integrante del equipo, con años en el club.
La posibilidad de que la final se juegue sin público es otra variante reglamentariamente posible, pero D’Onofrio fue tajante al preguntársele si lo aceptaría: «La final se juega a las 17:00 y con gente», dijo el presidente de River a LA NACION.
Ya en la madrugada terció también Domínguez, que en una serie de tuits llamó «a los órganos responsables a reforzar los protocolos y redoblar los esfuerzos para garantizar el orden público y la seguridad de los jugadores, cuerpos técnicos y aficionados en la final de este domingo».
En la reunión entre los dirigentes de Boca y sus abogados en el Hotel Madero se estudiaron imágenes de video de la caótica jornada marcada por el ataque de hinchas de River al micro que trasladaba a los jugadores del equipo rival. Las conclusiones que se deriven de analizar esas imágenes servirán de base para una presentación ante la Conmebol.
«Independientemente de estas reuniones, Boca se prepara para jugar mañana. Y no está en su filosofía pedir los puntos. El principal foco está en pedir garantías de seguridad y ver qué pasa con los jugadores afectados por las agresiones», dijo a LA NACION Rafael Veljanovich, gerente de Comunicación del club.
Los dirigentes de Boca se dicen «muy impactados» por lo que vivieron hoy en River. «No fue solo lo que sucedió afuera, nos sentimos muy mal dentro del estadio también», dijo un alto responsable del club. «Lo que se vivió fue espantoso», resumió.
Hoy regresó el recuerdo del trágico partido del 14 de mayo de 2015 por los octavos de final de la Copa Libertadores, conocido como el del «gas pimienta». Aquella vez, al ingresar para jugar el segundo tiempo en la Bombonera, los jugadores de River fueron atacados con gas pimienta por un hincha de Boca, que fue descalificado. River avanzó a cuartos y terminaría ganando la Copa. D’Onofrio planteó en aquel momento que sus jugadores no estaban en condiciones de continuar el partido. En Boca muchos creen que esta vez ellos estarían en condiciones de plantear lo mismo.
La estrategia de Boca ante una eventual derrota con River pasaría por pedir los puntos amparándose en el artículo 8 de Conmebol, que establece en su inciso 2: «Las Asociaciones Miembro y clubes son responsables de la seguridad y del orden tanto en el interior como en las inmediaciones del estadio, antes, durante y después del partido del cual sean anfitriones u organizadores. Esta responsabilidad se extiende a todos los incidentes que de cualquier naturaleza pudieran suceder, encontrándose por ello expuestos a la imposición de las sanciones disciplinarias y cumplimiento de las órdenes e instrucciones que pudieran adoptarse por los órganos judiciales». La clave está en el final del inciso, donde se dice «expuestos a la imposición de sanciones disciplinarias».
Así, Angelici tiene una dura labor de persuasión de sus jugadores, que no quieren disputar la final. Lo dejó en claro Carlos Tevez, como voz cantante, con sus declaraciones. «¿Por qué no le dan la Copa directamente a River?», dijo. Su opinión en contra de jugar la final es compartida por sus compañeros.
Los jugadores de Boca se sienten en desventaja, sostienen que ellos vivieron una tarde a pura tensión, mientras que sus rivales estuvieron relajados. Pablo Pérez, el capitán del equipo, está descartado por su úlcera en el ojo izquierdo. La información médica que ratificaba la existencia de esa lesión fue la que sentenció la suspensión.
La estrategia de Angelici pasa por convencer a los jugadores de que salgan a jugar esta tarde. Les dice que si ganan la Libertadores en el Monumental se celebrará como algo épico, pero que si el resultado no se diera, reclamará los puntos en los escritorios de la Conmebol, donde entiende que la reglamentación de la entidad favorece a su club.
(Fuente La Nación. Foto: AP Natasha Pisarenko)
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