Ya son moneda corriente los accidentes viales protagonizados por motos en la ciudad. En lo que va del mes, este medio cronicó alrededor de once siniestros en las calles que involucraban motocicletas. Tampoco sorprende ver a un conductor sin casco: es un hábito que todavía cuesta instalar.
Cuando se llevó a cabo el estudio realizado por la Universidad de Villa María, donde tras la polémica se cambiaron de mano las calles de varios barrios, uno de los principales disparadores fue la altísima tasa de accidentes que involucraban motociclistas. Manuel Ortiz, funcionario de la Secretaría General manifiesta que la circulación sin casco es un problema de difícil solución porque no está introducido el hábito de su uso. Ortiz opina que así como la Policía Caminera introdujo la costumbre del uso de cinturón y luces en la ruta, los operativos realizados en el centro de la ciudad tienen como fin la circulación con casco. En el último operativo en el centro, ejecutado originalmente en la calle Belgrano hace aproximadamente 20 días, se labraron entre setenta y ochenta actas de infracción a motociclistas.
Pero la viveza criolla se salió con la suya y los conductores comenzaron a evitar la calle principal, por lo que los controles se extendieron hacia Mateo Beres y Arzobispo Castellanos, puntos estratégicos de mayor tránsito. “No queremos ser cazadores de motociclistas, pero cuando se activan los controles, se incrementa el uso del casco” expresa Manuel Ortiz.
Los operativos realizados en la ciudad no hacen filtros: se intenta parar a todos, y en caso de gran afluencia vehicular, a aquellos cuya infracción esté a la vista. En todos los controles se requiere de la documentación de la moto, sin excepciones. Como contravención también se considera, desde diciembre de 2017, la circulación con escapes libres o modificados. También son objeto de multa aquellas motocicletas sin espejos retrovisores. Los controles fuera del ejido municipal los realiza Policía Caminera.
Para evitar una multa un motociclista debe contar con carnet de conducir para motos, en perfecto estado y sin modificaciones, documentación del rodado; casco para el conductor y el acompañante (para circular en ruta debe tener parabrisas o anteojos de seguridad normalizados), espejos retrovisores y es excluyente la circulación de dos personas máximo sobre una moto. También Policía Caminera considera falta el trasporte de menores de diez años en motocicletas o ciclomotores.
Sin casco…los jóvenes
Una de las principales razones por la que se secuestran los vehículos es la circulación sin casco. La falta de documentación y la conducción peligrosa también son causantes de la confiscación de la motocicleta.
Ortiz afirma que una forma de crear conciencia en la importancia de su uso es mediante la activación de controles en la vía pública. Cabe destacar que la mayoría de los infractores por la falta de uso de casco son jóvenes y adolescentes, por lo que proponen ejecutar un plan de acción que involucra clases de educación vial en colegios y clubes luego del receso invernal, como una forma de instalación de hábitos.
Un problema con historia
Una de las excusas por la falta de uso de casco era la falta de recursos para adquirir uno. Fue así como se llevó a cabo en mayo del 2017 el programa “Tu casco, tu vida”, donde la Municipalidad de Alta Gracia otorgaba gratuitamente cascos homologados a quien presentara la documentación correspondiente. El resultado fue instantáneo: quienes se habían beneficiado con este plan, no eran reincidentes en las multas. Por otro lado, quien hubiera recibido un casco del municipio y no lo usara, se le duplicaba la sanción.
Han pasado dos años de aquella iniciativa municipal de velar por el motociclista y la problemática ha retornado a foja cero: basta con salir a las calles, ya sea al centro o dentro de los barrios, y ya se observan conductores sin casco.
En los últimos operativos realizados en la ciudad se han cronicado numerosos casos de conducción sin protección, sin documentación correspondiente del vehículo, sin espejos, a gran velocidad o con niños o bebés como acompañantes. En la mayoría de los casos eran menores de edad.
Además, hubo varios casos de acusaciones cruzadas entre inspectores y motociclistas acerca de maltrato: unos dicen que la gente reacciona violentamente a los controles, y los otros que hay ensañamiento y mala predisposición.
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