La difícil búsqueda de la identidad indígena en nuestra comunidad

El pasado viernes 21 de Junio se realizó en el Museo Arqueólogico de nuestra ciudad (MAM), la ceremonia del Inti Raymi en el marco de una serie de actividades de concientización y sensibilización.

El pasado viernes 21 de Junio se realizó en el Museo Arqueólogico de nuestra ciudad (MAM), la ceremonia del Inti Raymi.
Con gran convocatoria de público presente, la Comunidad Paravachasca de Comechingones dio una breve charla informativa acerca de dicha festividad y profundizó en temáticas vinculadas a la identidad cultural indígena en la zona del Valle de Paravachasca.
Inti Raymi significa en lengua quechua; “La fiesta del sol”. Es una festividad que se realiza cada año durante el solsticio de invierno y supone para las culturas originarias el paso a una nueva etapa en el ciclo de la vida en comunidad.

El año del nuevo sol representa la tradición común de muchos pueblos prehispánicos de los Andes y aunque hoy conocemos su nombre quechua, la celebración precede sin dudas a la creación del imperio incaico.
Durante la jornada se llevo a cabo la quema de hierbas y resinas sagradas, técnica conocida como “sahumado”, que a modo de ofrenda al Sol permite también la reconexión de la comunidad con la Pachamama, de este modo en el carácter ritual de la celebración, los participantes logran también acceder a diferentes propósitos de sanación física, mental y emocional.
A modo de homenaje al ‘nuevo vuelo del sol’, como se conoce la traducción de la festividad en lengua camiare, esta ceremonia implica el comienzo de un nuevo ciclo de transformación interior, para recomenzar en armonía y en sincronía con la madre tierra.

Recuperar la identidad
Referentes de la comunidad de “camechingones” del valle de Paravachasca, en este contexto, dieron lugar a debate sobre la construcción simbólica que en la sociedad impera respecto a la mirada que se tiene del ‘indígena’ y la necesidad y la importancia que supone reconocer las tradiciones y propósitos de la comunidad.
Uno de estos propósitos, es sin duda, no solo la reivindicación de los valores de dicha comunidad y sus integrantes, sino también la búsqueda constante de identidad. En esta búsqueda constante de identidad, se remarcó la importancia de la tradición oral y el repaso de un revisionismo histórico que ayude a recuperar la ancestralidad y la memoria. Es este sin duda el desafío más grande al que se enfrenta la comunidad que a través de sus referentes llamo a “caminar con la frente alta” y a profundizar en la sociedad con el fin de buscar entre sus integrantes toda memoria vinculada al pasado y recuperar los ancestros de toda la zona.
En la misma línea, Elvio Altamirano, uno de los impulsores de la comunidad, mencionó un proyecto conjunto con arqueólogos, de elaboración de una carta arqueológica con el fin de registrar y dar a conocer tanto a los municipios de la zona como al estado provincial, la existencia de distintos asentamientos que revelan la identidad ancestral de la cultura comechingona.
Vincular el afán por recuperar la dignidad de los pueblos supone entonces no solo el trabajo de reivindicación de la memoria colectiva sino también la necesidad de interpelar la mirada que la sociedad tiene sobre los pueblos originarios y particularmente sobre la otredad de sus integrantes.
Lejos de la provocación, resulta necesario acceder al llamado de atención que implica descubrir una historia que a fin de cuentas es de todos.

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