Jóvenes del Centro de Actividades Juveniles del IPET 334 de Villa Parque Santa Ana visitaron este sábado el Hospital de Niños de Córdoba, en el marco de un proyecto solidario elaborado por ellos mismos. El CAJ desarrolla múltiples propuestas a jóvenes, que tienen las ganas de participar en juegos, deportes y otras disciplinas que los días sábados se dan en el mismo colegio. Tras la iniciativa del coordinador Gustavo Golato de generar una actividad solidaria, surge la propuesta de una visita solidaria al Hospital de Niños de la provincia de Córdoba, “Santa Trinidad” con el propósito de “poder compartir un momento distinto tanto para ellos como para nosotros, jugar, cantar, pintar, crear e imaginar, que con la ayuda de un medio de comunicación queremos difundir y contagiar”, explican los adolescentes en el mismo proyecto.
De la visita participaron los delegados, talleristas, el coordinador y algunos docente y todos fueron caracterizados de payasos, con peluca, narices o disfraces, para poder compartir el momento y sumarse a la experiencia del trabajo de los Voluntarios del Hospital.
Nayla Rodríguez, joven delegada del Caj, explica a RESUMEN: “Fue una experiencia muy enriquecedora, nos recibieron todos de la mejor manera, desde los médicos, a los voluntario e inclusive los padres de los niños. Poderles sacar una sonrisa a esos pequeños es algo que nos llenó el alma y nos fuimos con mucho entusiasmo y ganas de seguir trabajando en esto y poder proyectar otras actividades”. Por su lado, Gustavo Golato, coordinador del CAJ, agregó: “Fue una iniciativa de los mismos chicos, nosotros ayudamos a coordinar, pero todo el proyecto es de ellos y nos dio una enorme satisfacción verlos interactuar con los niños y con los voluntarios, para los que tenemos un gran agradecimiento. Sin dudas, esta experiencia nos marcó a todos”.
El amor y las sonrisas
El Cuerpo de Voluntarios del Hospital de Niños de Córdoba (C.V.H.N) es una asociación civil sin fines de lucro, nacida el 29 de mayo de 1965 por la iniciativa del Dr. Romis A. Raiden (1929 – 2007). Comenzó a funcionar en la antigua sede del hospital en la calle Corrientes frente a la terminal de ómnibus.
En sus orígenes fue una movilización espontánea de su fundador que, con la firme convicción de apostar a la niñez, reunió a un grupo de jóvenes solidarios y desinteresados, que pudieran construir desde el amor al prójimo y la entrega. El lema que los agrupa es: “Llenar de amor las horas vacías del niño internado”.
Su piedra basal está enraizada en la idea de que la recreación y el estímulo son los mejores aportes para la mejoría del paciente niño; la recreación compensa la depresión y la angustia que siente el niño por su enfermedad y por la separación de su ambiente conocido: familia, escuela, barrio, etc.
En este momento trabajan unos 90 voluntarios en las tareas de estimulación y recreación destinadas a los niños del hospital, además de asistir a los padres. Entre otras cosas, hacen entrega de pañales y ropa a los familiares de los más de 200 niños que se encuentran internados cada día.
El Hospital posee una Sala de Estimulación y Recreación de unos 400 metros cuadrados y es única en Sudamérica en su tipo: tiene un cine, un patio de invierno y una cocina, en la que vamos a preparar el chocolate del Día del Niño, como hacemos todos los años. Toda la sala fue construida exclusivamente con fondos de donaciones.
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