
A principios del siglo pasado, la escritora y poetiza Delfina Bunge de Gálvez eligió Nuestra Ciudad para tratar su tuberculosis, debido a que Alta Gracia ofrecía un aire puro para hacer más llevadera las enfermedades respiratorias.
Años más tarde, junto a su amiga Guillermina Achával Rodríguez, llegaron a la zona con una réplica de Nuestra Señora de Lourdes para cumplir una promesa. A Alta Gracia la réplica llegó el 10 de septiembre de 1916 y al año siguiente fue donada a la orden de los padres Carmelitas Descalzos. «Se eligió un sitio pintoresco que pudiese siquiera lejanamente recordar el lugar en los Pirineos, un recinto cercado por varios cerros que forman como un pequeño templo natural, a cuyos pies corre un arroyo», detalla una reseña extraída de Historia y Evocación de Alta Gracia, de Miguel Rizutto.
Pero la historia no quedó allí, sino que Delfina Bunge de Gálvez donó gran cantidad de tierras a los padres Carmelitas para que se hiciera un santuario, similar al que esta ubicado en Francia a los pies de los Pirineos. La futura consagración del lugar por parte de la Iglesia Católica se llevó a cabo en 1927.
Delfina Bunge de Gálvez murió de forma repentina en 1952 cuando se estaban llevando a cabo las celebraciones por los 25 años de la inauguración del Santuario.
Comentarios: