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Interurbanos: a punto de ser habilitados, piden más subsidios para arrancar

El servicio arrancaría este mes. Pero tanto el gremio como la Fetap sostienen que no es viable con los números que se han incluido en los presupuestos para 2021.

Fue el pasado 29 de octubre, a las 17.45, en Alta Gracia. Destino: ciudad de Buenos Aires, con 15 pasajeros a bordo de un colectivo de la empresa cordobesa Buses LEP. Primer coche de larga distancia en siete meses y 10 días, en plena pandemia.

La alegría de quienes pudieron volver a sus hogares tapó lo más trascendental de esa partida: la ruptura del frente gremial empresario y del frente sindical también, porque fue una empresa, con apoyo del Gobierno provincial, la que sacó los pies del plato y decidió volver a trabajar.

La ecuación no tiene muchas vueltas: los subsidios que aportan los estados –Nación y Provincia- tanto para la larga distancia como la media hoy son insuficientes.

Hay dos caminos: o se pelea para que la caja fiscal sea más generosa o se regresa a la actividad. Como todos presumen que trabajando, con tarifa, no mejorarán los números, apuestan a más subsidios.

Hay una especie de pacto no escrito en el sector empresario: no salir hasta que los estados le pongan números más grandes al renglón de aportes para el 2021. Los gremios, sin vueltas, adscriben a esa teoría: tienen deudas pendientes y si las firmas trabajan a pérdida, las chances de cobrarlas se achican.

La incoherencia está servida: el sistema de transporte está a punto de ser liberado y es probable que los protagonistas no quieran arrancar.

En larga distancia, eso ya arrancó: el viernes 23 de octubre, el Poder Ejecutivo nacional levantó la veda al transporte de larga distancia. Ninguna empresa se movió demasiado: la demanda es baja, los números no cierran y en estos días la presión fue directa al Ministerio de Mario Meoni y su padrino político, Sergio Massa, para que la ayuda salarial siga más allá de diciembre.

La larga distancia no tiene subsidio, aunque en el parate Anses aportó un ATP de 32 mil pesos por trabajador (se terminaría a fin de año).

Suspendidos, los trabajadores perciben el 75% no remunerativo. Trabajando, hay que pagarles el 100%, más el 30% que acaba de cerrar la UTA.

Sólo se movió Buses LEP y alguna que otra empresa en el interior, que se desmarcaron de esa política de no rodar hasta obtener más plata.

Las cámaras habrían obtenido una promesa de ayuda salarial extra más allá de diciembre y es por eso que, desde este lunes 2, Transporte de Nación autoriza 442 viajes semanales en todo el país, de los cuales 129 tiene punto de arribo en la ciudad de Buenos Aires. Esos 442 representan apenas el 30% del sistema prepandemia, lo que da una idea del tamaño que tendrá el sistema que viene (ver aparte).

¿Y el interurbano?

En Córdoba , UTA sólo tiene representación en la ciudad de Córdoba.

Los trabajadores de los urbanos de las ciudades del interior, la media distancia y la larga de las empresas radicadas en Córdoba están nucleados en la Asociación Obrera de la Industria del Transporte Automotor (Aoita), que en la provincia tiene 3.100 afiliados.

El movimiento de media distancia, es decir, la circulación interdepartamental, está vedada hasta el domingo 8 de noviembre, dado que hay seis departamentos en Córdoba que todavía están bajo aislamiento obligatorio.

Si se termina el aislamiento, y los números sanitarios no se desmadran esta semana, es intención de la Provincia habilitar el interurbano a partir del lunes 9 (o el lunes 13).

Pero lo insólito es que las partes no están muy dispuestas a salir. Primero quieren que haya más plata.

Nación asignó 17 mil millones de pesos en el presupuesto de este año y, para 2021, anotó una partida por 27 mil millones, pero salió por 20 mil millones: es una suba de apenas el 15%. La Provincia, peor: para 2021 anotó exactamente lo mismo que en 2020. Variación cero.

Son dos mil millones de pesos para todo el sistema urbano, corta y media distancia. Es lo mismo que había en 2019. La mitad se queda en los urbanos de Capital; 24,5% va a los metropolitanos que hacen el Gran Córdoba; 12% a los urbanos del interior y apenas el 8,5% a los interurbanos.

“Estamos trabajando primero con el reclamo a la Nación, para que nos considere igual que al Amba. Si fuera así, estamos cerca de equilibrar los números. Pero, de no ser así, Provincia tendrá que ver cómo nos asiste”, dice Enzo Noriega, titular de la Federación de Empresarios del Transporte (Fetap).

Hay números hechos: “Calculamos que se necesitan 5.000 millones para los de corta y media distancia y 1.500 millones para los urbanos del interior. Son 6.500 millones sin contar al urbano de Capital,“, describe Paola Martellono, asesora económica de la Fetap.

La cifra supone quintuplicar lo que hay hoy, sin contar los coches de la ciudad de Córdoba.

En medio de esa negociaciones, Buses LEP salió al ruedo en la larga distancia: sin ser un viaje regular, contrató una plataforma y avisa que, en cuanto esté la habilitación, sale.

“Salimos porque tenemos necesidad de trabajar, tenemos menos subsidios que el resto de los operadores y se tiene que empezar a mover la rueda”, explica Adriana Rosso de Puchetta, dueña de Buses Lep y titular de la Asociación de Transporte de Córdoba (Asectac), la otra cámara que nuclea a la media distancia.

“En cuanto nos digan el día, salimos con los interurbanos con todas las rutas. Nuestros 387 empleados quieren trabajar”, agrega.

En el gremio no coinciden con esa visión. “La empresa está fundida, debe plata a los trabajadores y a la obra social, ¿por qué tiene que salir a trabajar si el Gobierno provincial está por poner plata?”, dice Emilio Gramajo, titular de Aoita.  “La Provincia tiene que poner plata, porque si no, sí o sí esto se cae”, reclama.

Buses LEP está en concurso de acreedores. Gramajo dice que viajando a pérdida malgasta la plata que debería ir para los trabajadores.

En la Provincia no coinciden con esa postura: tanto en el Ministerio de Trabajo como en la Secretaría de Transporte la posición es que se equilibra trabajando: como con subsidios no alcanza, hay que hacer ingresar el tercer factor de la ecuación, que es la tarifa.

Hay una mesa de trabajo en la que se elaboraron los dos acuerdos de pago: como estaban sujetos a subsidios nacionales que se demoraron, los dos se cayeron. Hoy todas las empresas deben aguinaldo, y salarios de setiembre (parte o algunas de las cuotas del primer acuerdo).

En esta tercera ronda, la intención del Ejecutivo es avalar los acuerdos que permitan trabajar primero para cancelar deudas después.

Y ahí viene el gran interrogante: ¿habrá pasajeros suficientes? Si la presunción es que deberá achicarse un 25 a 50% esto no es crisis. La crisis no empezó.

Fuente
La Voz
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