El Encuentro de Muralistas, en mayo de este año, fue un hito en la percepción cultural de la ciudad, marcado por la participación no sólo de los más de ochenta artistas sino de todo y cada uno de los “frentistas” de la zona Sur.
El efecto que esa movida cultural tuvo fue extraordinario: el arte callejero penetró en el inconsciente colectivo de los altagracienses y marcó un antes y un después. Seguramente habrá otra edición de ese evento que comulga un colectivo independiente y el apoyo estatal, pero también hay privados que ya piden que sus paredes sean intervenidas.
Es el caso de Marilyn Antoniacomi, dueña de la empresa Única Deco, ubicada en Av. Hipólito Yrigoyen esq. Cjal Lorusso. Por estos días, el artista Juan Iesari está trabajando, a pedido de ella, sobre la fachada del galón de la empresa en un mural de tamaño impresionante, que promete cambiar el paisaje de esa esquina.
Única Deco se dedica al diseño, fabricación y distribución de artículos de decoración para casa y jardín, pero además a la intervención en objetos de alfarería.
“Buscaba, más allá del nombre, una identidad para el galpón. Se trata de una infraestructura que originariamente estaba destinada a la soja. Con el dueño, empezamos un trabajo de puesta en valor sobre la estructura pero aún me faltaba algo. En abril, durante el Encuentro de Muralistas, quedé impactada con el trabajo de Juan y ahí mismo decidí que llegado el momento le pediría una obra”, explica la empresaria a RESUMEN.
La casa de los tiburones
Marilyn tiene una historia con los murales, que es parte del patrimonio de toda la ciudad; esa búsqueda de una identidad, de algo que hiciera reconocible al galpón más allá de su uso, o el logo de la empresa le viene de la casa de su papá: “Me crie en la calle Brasil al 66, en la famosa casa de los tiburones. A mi papá le fascinaban los paisajes marinos y entonces se había hecho pintar en los Setenta un mural, que todavía está ahí, algo gastado con en relieve de tiburones. Por eso siempre me fascinaron los murales,porque sentía esa unicidad de esa casa, por esa intervención”.
Con respecto a la temática del mural Marilyn aclara que le dio al artista la libertada para crear el sujeto que quisiera, con una sola condición, que la figura humana fuera una nena.
El artista
Juan Iesari es el autor de uno de los murales de la calle Liniers, sobre la pared de la Escuela Comandante Espora. Egresado de la Universidad Nacional del Arte (U.N.A) de Artes Visuales y de taller de pintura en el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, Iesari optó muy pronto por abandonar óleos e ilustración, buscando soportes cada vez más grandes; hasta llegar a las paredes “me aparté delas exposición en salas, para pintar en la calle y en gran tamaño. Pasé del lienzo y el óleo a la pared y el látex”.
Iesari por su lado confirma que tuvo la libertad creativa; faltan varios días para que la obra se termine, pero ya se entrevé esa comunión entre seres humanos y mundo animal que es parte de la estética y de la temática de Iesari, así como también se puede ver en el maravilloso mural de la calle Liniers.
Con respecto a la interpretación de la obra, Iesari reafirma uno de los conceptos claves de ese tipo de expresión artística, es decir la posibilidad de que se reconozca a partir del imaginario propio de los transeúntes y de la idiosincrasia del barrio o de la ciudad. “No hay títulos para estas obras. No soy de imponerle sentido, aunque la gente siempre que me ve trabajar me pregunta y trato de explicarle lo que hago, pero sin imponerle una interpretación. Estas obras le llegan a todos, no necesariamente a los que consumen arte.”
El joven eligió al muralismo justamente por las posibilidades que ofrece el soporte para crear personajes de gran tamaño; “ Algo nos pasa mientras pintamos y es que la gente se acerca y nos expresa lo que les genera una obra; no está ese concepto de arte direccionado a amantes o estudiosos, sino que las obras son valoradas y evaluadas por quien pasea, tal vez todos los días. Algunos me han comentado que mis obras le infunden alegría, es decir que les impacta el entorno del paisaje y su percepción”, cierra Iesari.
Poco a poco, nuestra ciudad y el concepto de cultura que tenemos va trasformándose, hacia una idea más metropolitana y moderna, gracias a la iniciativa tanto del sector público, que del privado.
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