El de la pequeña Martina fue uno de los tantos casos que conmocionó en todo el país. Y es que resulta difícil comprender como alguien puede golpear salvajemente a un bebé hasta ocasionarle la muerte; más aún si ese alguien son sus propios padres.
A un año y ocho meses del hecho, inicia hoy en la Cámara 9º del crimen y con jurado popular, el juicio que tiene a Brenda Carranza y Mario Godoy acusados de “Homicidio calificado por el vínculo y alevosía”. Carátula que de ser hallados culpables prevé la prisión perpetua. Aunque… eso está por verse.
El caso
La mañana del sábado 10 de marzo de 2018, la niña de apenas seis meses de vida fue traída desde Anisacate, lugar donde vivía con sus padres, al Hospital Illia con graves traumatismos que la mantenían inconsciente. Luego de examinarla, los médicos corroboraron que Martina presentaba traumatismo de cráneo, hematomas en distintas partes del cuerpo y hasta hemorragias, por lo que casi de inmediato fue derivada al Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba, aunque en esa instancia su estado era irreversible y ya tenía muerte cerebral. Al día siguiente, minutos después de las 20, falleció.
En ese entonces el fiscal Emilio Drazile, imputó a los jovenes padres por el infanticidio. Acusación que fue reafirmada una vez se supo que Martina había fallecido por un golpe en su cabeza. Sin embargo, lo más terrible vino después cuando la autopsia reveló que ese traumatismo era uno de “los tantos” que sus padres le habían asestado en su corta vida. Lo que sumó la alevosía.
Uno actuó, el otro omitió
Fue la conjetura principal que sostuvo la Justicia local y si bien la acusación legal es la misma para ambos, es el padre el que está signado como quien “le aplicó directa y letalmente golpes que devinieron en su muerte”. En el caso de la madre, ésta “consintió pasiva y deliberadamente la violencia física contribuyendo a ese desenlace”. “Acá hubo una desnaturalización de su posición de protector natural”, habían indicado fuentes judiciales a RESUMEN. Por tal motivo, la Justicia entendió que ambos padres debían responder ante la misma imputación, ya que, según explicaron, el acto no podría haberse dado sin la colaboración, ya sea pasiva o activa, de un segundo.
Así mismo, esa fina diferenciación (pero diferenciación al fin) sería la herramienta fundamental de la defensa de la mujer. Lo que podría dejarla en una situación bastante más privilegiada que la de su pareja.
No es un dato menor, tampoco, que cuando los hechos sucedieron, allegados a la pareja afirmaron ante RESUMEN, que el padre de la beba era violento tanto con la madre como con su hija y “que ésto se habría podido evitar”. Aunque quedó confirmado también que ella nunca lo denunció. “Parientes de él quisieron quitársela por los maltratos que recibía, y este hombre los agredió. Brenda, se escapó de su casa para ir a vivir con él y él no le permitía que tuviera contacto con su familia”, resaltó un familiar. Quien por otra parte aclaró que se trataba de una “pareja enferma”, ya que al momento de la detención; “Ella gritaba que sea lo que sea que haya pasado, lo perdonaba”, y que la joven habría confesado además que ella “no había tocado a la bebé porque la amaba”.
Este contexto podría tener validez no solo para el tribunal en sí, sino también para el jurado popular, quienes si bien no son los que tienen la última palabra, juegan un rol decisivo en la audiencia final. Sin duda, estamos frente a un caso donde todo puede suceder aunque la suerte del padre estaría echada.
(Denunciá el maltrato infantil a través del 08001227376 y protegé a un niño. Es gratuito y confidencial)
Juzgan también al agresor de Los Aromos
Tras la suspensión de la primer audiencia que tiene a Luis Luque, vecino de Villa Los Aromos en el banquillo de los acusados por la tentativa de homicidio de su ex pareja Lorena Romero, ocurrido en octubre de 2018, el juicio comienza hoy en la Cámara I del Crimen. Luque podría recibir hasta 15 años de prisión.