La de ayer fue una sesión de Concejo en la que no faltaron ni los momentos emotivos, con el reconocimiento a la pequeña Franca Buoni, por sus logros deportivos; ni las chispas y pequeñas peleas por supuestas interrupciones en el uso de la palabra y, por sobre todo, abundaron los cuartos intermedios.
Hacia el final de la sesión, la Comisión de Obras Públicas, presidida por concejal Jorge De Nápoli, de UPC, procedía al pedido de aprobación por la excepción del Proyecto de Vivienda Colectiva de la Asociación Mutualista del Docente de la Provincia. Excepción condicionada a “la presentación de los estudios técnicos correspondientes ante la autoridad de aplicación”.
El Concejal Roberto Brunengo (UCR) tomó entonces la palabra preguntado si De Nápoli tenía alguna vinculación profesional con la empresa Sima srl, prestadora de servicios a la Municipalidad en cuanto a estudios ambientales y de suelo. “Presto servicios, entre otros, a una empresa privada, Sima”, aclaró De Nápoli. Y de ahí se pasó a un cuarto intermedio.
Brunengo, luego, empezó a leer en voz alta el Art. 15 de la Ordenanza 6196 (Código de ética del ejercicio de la función pública municipal): “Es incompatible con el ejercicio de la función pública municipal dirigir, administrar, patrocinar, representar, asesorar, o de cualquier otra forma prestar servicio a quien gestione o tenga una concesión o sea proveedor del Estado municipal o realice actividades reguladas por éste, siempre que el cargo público desempeñado tenga competencia funcional directa respecto a la contratación, gestión o control de tales beneficios, concesiones o actividades”, aduciendo así a una situación de irregularidad que luego especificó:
“Quiero dejar en claro que como normalmente estos estudios tienen que ver con casos de excepciones al Código Urbanístico que generan situaciones de privilegios, nosotros tenemos que ser absolutamente transparentes. No se puede ejercer la presidencia de la Comisión de Obras Públicas estando de los dos lados del mostrador, porque De Nápoli presta servicios en una empresa que realiza estos estudios para llevar adelante esta excepción” y cerró su intervención asegurando que no votaría, de acá en más, ningún expediente de esta materia, “estando en esta conformación del Concejo Deliberante y que tengan a que ver con la empresa Sima SRL”.
La respuesta de De Nápoli tardó un cuarto intermedio y una reunión a puertas cerradas entre el Presidente del Concejo y el jefe del bloque radical, y apuntó a una maniobra política, que además echaba una sombra sobre su actuación personal: “Este tipo de dudas dentro de una Comisión de un Concejo Honorable deberían haber sido evaluadas en otra instancia. Porque se puede dañar y perjudicar no solo a personas sino a la profesión (…) buscando interpretar lo que el concejal Brunengo citó, creo que tenemos que leer el artículo 25 del Código de ética”. Dicho artículo aclara que la investigación por supuesta incompatibilidad o conflicto de interés, “podrá promoverse por denuncia de particular, iniciativa de dos o más Concejales a requerimiento de autoridades superiores del investigado o Departamento Municipal”.
De Nápoli, entonces, subrayó que la forma de presentación no eran las correspondientes, por ámbito, lugar y formalidad.
Por otro lado, mostró su disponibilidad a colaborar en los esclarecimientos del caso: “Aclararé todo lo que el concejal Brunengo crea que yo puedo dar como testimonio, para tratar de ayudar y que le demostremos a la sociedad que no se sienta defraudada con chicanas políticas. Trabajo y dignidad son los valores con los que me formaron, no quiero violar lo que considero mis principios fundamentales”.
Por más que la puesta en duda de la función de De Nápoli fue llevada a cabo en forma personal por Brunengo, el bloque radical mostró consenso y preocupación hacia el supuesto conflicto de interés que había quedado, según ellos, manifiesto, con la involucración de Sima con todos los estudios vinculados al proyecto del Super Mami.
Comentarios: