Oreste Santiago Antonio Berta nació el 29 de septiembre de 1938 en Rafaela, provincia de Santa Fe. Hoy cumple 82 años. Amigo entrañable de Juan Manuel Fangio, su vida desde su infancia fue marcada por la pasión para los motores. En varias ocasiones el “Mago” relató que empezó a aprender algo de mecánica cuando apenas tenía 8 años en la fábrica de cosechadoras de su abuelo, en Santa Fe. Autodidacta de la ingeniería, fue reconocido en la UTN con un merecido Doctorado Honoris Causa.
Entró a Industrias Kaiser Argentina (IKA) mientras seguía con su «laboratorio» de motores, que fundó junto con su esposa en Alta Gracia y que un día se convertiría en el templo de la mecánica cordobesa, la Fortaleza en la que un equipo de profesionales de excelencia internacional se dedica a la ingeniería de avanzada. Pese a las numerosas ofertas de las mejores industrias del mundo, Oreste siempre prefirió quedarse acá, entre nuestras sierras y apostar al crecimiento de su país.
En una de las presentaciones del documental la “Misión Argentina” Berta contó una anécdota que dio vuelta al mundo: “La idea de correr en Nürburgring surgió de un viaje por Europa en 1968. Fangio me llevó de gira por un mes a conocer varias fábricas de autos. Y me hizo manejar desde el primer día. Cada vez que encontrábamos un autódromo, entrábamos y me hacía manejar, ayudándome a pulir mi estilo. Fangio quería que yo fuera piloto, algo que nunca me interesó para nada. Por suerte, todos sus intentos de hacerme probar un auto de carreras fracasaron. Pero me hizo manejar en cada circuito de Europa durante aquel viaje, hasta que llegamos a Nürburgring y dijo: “¡Qué lindo sería correr con un auto argentino acá!”.
Y con respecto a la carrera en sí, esa hazaña de 84 horas, asegura: “Creo que el mejor recuerdo que me queda de esa carrera es la armonía que se logró en el equipo. Eran los mejores pilotos argentinos de la época. No todos eran muy amigos. Y no olvidemos que también llevamos a los mejores mecánicos del país. Eran todas «prime donne», pero en los 30 días que estuvimos en Alemania no hubo una sola discusión. Y todos trabajaron para que el equipo llegara a la meta”.
Por su capacidad diferente para resolver se ganó el apodo de “El Mago”. No le gusta: dice que nada de lo que consiguió en su vida fue por arte de magia.
En el día de su cumpleaños, nada mejor que esta definición que hizo “El Flaco” Traverso sobre Oreste: “Es un tipo tan impresionante que deberíamos tener un equipo de Fórmula Uno que se llame Berta”.
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