Si existe un momento íntimo, cargado de sentimientos y sensaciones de nostalgia, es el tiempo que se les dedica a los que ya no están; la visita en el cementerio. Sin embargo, ese momento especial y, de por sí triste, puede verse empañado cuando suceden hechos que no permiten, por ejemplo, ni siquiera poder alcanzar una flor al ser querido.
Es lo que le sucede a Claudia Herlein, una vecina de la ciudad, desde hace ya dos meses. Las abejas han invadido una tumba colindante a la de su padre y, a pesar de haber pedido una solución inmediata, esta aun no llega y le resulta imposible acceder al nicho de su padre, sin tener que luchar con estos insectos. ”Hace dos meses vimos unas abejas cerca del nicho de mi papa, avise en mesa de entrada del cementerio y la respuesta fue que supuestamente que iban a avisar. Al día de hoy todo sigue igual, no hay solución y las abejas son cada vez más”, manifestó la mujer indignada a RESUMEN.
La colmena estaría en el interior de un nicho colindante al del padre de Claudia y, según le dijeron desde el cementerio, para poder erradicarla deberían abrir ese nicho, pero no se hace. “Yo voy siempre, hoy que esta nublado las abejas están metidas adentro, no hay tantas afuera pero un día de sol es imposible pasar”, expresó Claudia, quien además afirmó que normalmente vive lidiando con los robos que sufre en la tumba de su padre “pero esto ya es lo último”, expresó.
Un precinto
La mujer reconoce que desde hace 15 días, y por sus insistentes reclamos, desde el lugar colocaron una cinta de peligro para que la gente no pase por ese lugar donde ya se instalaron las abejas. “Ni siquiera es una valla. Yo paso la cinta porque si no, no puedo dejarle una flor a mi papa pero es una lucha con las abejas que ya le picaron a un empleado de allí y a un nene. Algo hay que hacer urgente”, culminó la mujer, que 60 días después continua sin tener una solución favorable.
Imagenes gentileza Claudia Herlein
