
Semanas atrás, dos transeúntes encontraron una tortuga de gran tamaño que había emergido de las aguas del Tajamar para poner sus huevos. La Secretaría General y de Ambiente, a cargo del Dr. Roberto Urreta, tomó, en ese momento, las medidas necesarias para que incubarlos de manera correcta y que los peatones no los rompieran por accidente. Se colocó una especie de tacho con rejilla para protegerlos, así las pequeñas tortugas tenían la posibilidad de nacer.
Sin embargo, la rejilla que los protegía fue rota por personas de identidad desconocida y, este miércoles, durante los controles, se descubrió que los huevos ya no se encontraban más en el contenedor.
“Desde la Secretaría General y de Ambiente se hizo una inspección el miércoles tratando de controlar que los huevos estuvieran en el lugar, que no los hubiese tocado, y al llegar, nos encontramos con que ya habían sido sacados por algún irresponsable”, señalan desde la dependencia encargada del cuidado de las especies de fauna y flora del Tajamar. Agregan: “Esto es un delito ambiental. La persona que los haya sacado y desconoce el tema tiene que saber que en el momento se le encuentra tortugas en su casa cuando nazcan o la encuentran que está incubando los huevos, está cometiendo un delito ambiental y está pensado por ley”.
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