Francisco, de 13 años asiste a 2° año y su hermana Martina, de 15 va a 4° año de la Secundaria Padre Domingo Viera: «Una escuela que acompañó muchísimo a los alumnos durante la pandemia, durante el 2020, viendo la forma de que tuvieran las actividades» afirma Tamara, su mamá.
Sus burbujas no coinciden y por ello Tamara, va una semana con cada uno a la Plaza Reynaldo Luppi, de barrio Lalahenes, al este de Alta Gracia, sobre Ruta 5, para que puedan participar virtualmente de sus clases. Utilizan el wifi de una red abierta de una parrilla ubicada del otro lado de la ruta.
La mamá aclara en primer lugar que si hace mucho frío o llueve, no asisten a la plaza y que si bien la Municipalidad de Alta Gracia brinda espacios cerrados de conectividad, quedan muy lejos de donde la familia vive -en el extremo este de la ciudad- y por cuestiones organizativas, se acercan a este espacio verde para poder continuar con sus clases.
Tamara relata que no cuentan con el servicio de internet ya que hay unas cajas instaladas a 50 metros de su vivienda y no las habilitan desde la empresa privada. Actualmente, cuentan con cuatro celulares, pero sólo uno tiene paquete de datos. El año pasado, ella y su pareja, Ricardo, se quedaron sin trabajo y debieron darle de baja al servicio de internet que usaban. Se dedican a hacer muebles de madera, restauración y decoración, pero su carpintería es muy precaria, tienen pocas herramientas.
La mujer participaba de una feria, durante el verano, vendiendo sus artesanías en madera, que justamente estaba ubicada en la Plaza Luppi y por ello conoce la clave de wifi de la parrilla. La madre contó a RESUMEN DE LA REGIÓN que a pesar de los inconvenientes, el año pasado, sus hijos terminaron en tiempo y en forma sus tareas en diciembre.
A partir de la publicación de la historia en los medios provinciales, cordobeses de toda la provincia, se comunicaron con la familia para colaborar. La primera fue una mujer de Villa María, quien les pasó una app de wifi satelital, pero sólo pudo instalarse en el celular de Martina, ya que el de Francisco es más antiguo. Luego una pareja les donó dos netbooks, una para cada uno. Y les enviaron mensajes de toda la provincia para donarles casi 50 mil pesos que decidieron no recibirlos, ya que habían solucionado medianamente el conflicto. «La vamos piloteando con la app y las netbooks» declaró la mamá.
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