Fernando Mina, dialogó con el equipo de «Todo Pasa» de FM 88.9, sobre el trabajo que se realiza habitualmente en el Hogar Elpidio González, ubicado en las afueras de Despeñaderos.
El sitio desarrolla un importante trabajo con unas 110 personas adultas que habitan allí permanentemente, algunas que quedaron solas, otras en situación de calle y otras que sus familias no pudieron hacerse cargo de ellas. Algunos de ellos se encuentran postrados o semipostrados en un pabellón donde reciben todos los cuidados pertinentes, al cuidado de profesionales, mientras que otros tienen su pieza o su propia casita, donde viven. «El lugar tiene las puertas abiertas, pueden entrar e irse libremente, recibir visitas» explicó Mina.
El doctor contó que llegan personas en estado de vulnerabilidad, solos o que su familia no se puede hacer cargo, que solicitan internación o algunos se judicializan: se hace una evaluación antes del ingreso del paciente, hay algunas patologías con características violentas que no se reciben. Sin embargo destacó que hay un gran porcentaje (60%) de familiares que si están presentes: «es un lugar de puertas abiertas, el que quiere puede quedarse o irse». Dos veces al mes va el cura de la localidad y da misa en el comedor y también brinda la eucaristía en Pascuas, Navidad y Año Nuevo.
Además el hogar lleva adelante una política junto a animales como perros y gatos -incluso gallinas- junto al control sanitario de la Fundación Amigos del Mejor Amigo (Adma) y epidemiología de la provincia, lo cual mejora la estadía de los habitantes en el sitio: «La convivencia con las mascotas y sus beneficios, es diaria no sólo de los que viven aquí, sino también de los trabajadores» detalló el director.
Sobre la situación que viven diariamente, afirmó: «La soledad es un tema muy importante, hay muchos que están allí desde hace muchos años sin familiares y tener una mascota les da una rutina, un objetivo, un fin. Por ejemplo, Ana le tejió una ropita para su gato y esto hace que la mente la tenga puesta en un objetivo, los lleva a estar ocupados, los saca de su soledad. También hay un trabajo importante del equipo de salud que los acompaña». Otro de los casos es el de Ramón Fernández, de 81 años, quien tiene perro, gatos y gallinas y un taller de soldar.
El complejo fue construido antes del gobierno de Domingo Perón, era una colonia vacaciones, tiene un casco principal, una iglesia, un cementerio, una quinta, hasta una pileta -sin uso actualmente- y varios pabellones.
Durante la pandemia el lugar debió permancer a puerta cerrada: «Cuando pasó lo peor, empezamos con las visitas con horarios. No tuvimos mayores problemas, tuvimos mucho apoyo del ministerio, tenemos la quinta dosis puesta, el primer caso lo tuvimos al año y 8 meses del inicio del covid».
Fernando Mina está frente al Hogar Elpidio González desde hace tres años y anteriormente fue parte del área de Desarrollo de la Municipalidad de Alta Gracia. «Me gusta trabajar en el área de Desarrollo, ya estoy pensando por ejemplo en el arreglo del pabellon II para ponerlo a punto y poder recibir a más personas» concluyó.
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