Alta Gracia. En una semana, los autores de tres casos de femicidios que conmovieron a Córdoba fueron condenados a reclusión perpetua. Ayer, fue el turno de Héctor Gómez (27), autor del crimen de la odontóloga Silvia Maddalena (37), ocurrido en su consultorio de la ciudad de Alta Gracia en mayo de 2018.
Un día antes, un tribunal de la ciudad de Córdoba le había impuesto la misma pena a Marcelo Ferretero (53), quien fue hallado culpable de la muerte de su pareja, Ana Rosa Barrera, en la comuna de los Cedros (vecina a Alta Gracia), en mayo de 2017. Ferraretto mató de un golpe a la mujer con la que vivía; luego, la mutiló y seccionó para esconderla en un pozo, en un basural, donde fueron hallados sus restos.
El martes, un tribunal de Villa María condenó a prisión perpetua a Osvaldo Varela (51), confeso autor de la muerte de Olga Miranda (46). Tras golpearla y ahorcarla, desmembró su cuerpo para esconderlo, en una bolsa, dentro de un contenedor, donde fue hallado al día siguiente, en mayo de 2017.
El caso Maddalena
Ayer, el jurado popular constituido en la Cámara 5ª del Crimen de Córdoba condenó a prisión perpetua a Héctor Abel Gómez, detenidos días después del crimen de Silvia Maddalena. El fiscal de Cámara, Fernando Amoedo, precisó que se trató de un femicidio no íntimo, ya que no existía ninguna relación afectiva entre víctima y victimario. Hubo abuso sexual y homicidio.
El hecho ocurrió el 18 de mayo de 2018 en el consultorio de Maddalena, sobre avenida Libertador al 1000, en Alta Gracia. Fue el padre de la odontóloga quien se encontró con la escena del crimen al ingresar al consultorio. El femicida había ingresado al local sobre la noche de un viernes.
La Justicia consideró una doble motivación que agravó la imputación: Gómez mató para ocultar un robo y hubo abuso sexual, por lo que medió violencia de género.
Para el esclarecimiento del caso, fue clave el rol de la esposa y de una hermana de Gómez. Ambas se presentaron ante el fiscal de Alta Gracia, Alejandro Peralta Otonello, cuando sospecharon de él a partir del hallazgo de un celular que sería de la mujer asesinada y de un pendrive que contenía elementos vinculados a la víctima.
El fiscal Amoedo consideró ayer que ese aporte fue indispensable para poder señalar al sospechoso que, hasta ese momento, no figuraba dentro de las líneas de investigación del caso. Gómez fue detenido en un taxi, en la ciudad de Córdoba, cuando intentaba huir.
“El peritaje comprueba que los rastros de semen y los de células de piel debajo de las uñas de la víctima pertenecen a Gómez. Se vuelve prueba irrefutable de que la accedió (sin ningún dato que permita corroborar que hubo una relación de pareja). Además, los rastros debajo de las uñas manifiestan una conducta típicamente defensiva”, detalló. El fiscal agregó que fue “lapidaria” la prueba genética.
Otro dato clave fue que testigos señalaron que un día Gómez apareció con rasguños en el rostro y que hablaba de volver a Santa Fe, de donde era oriundo.
El hermano, condenado por encubrimiento
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