Sol dialogó con el equipo del programa radial de FM 88.9 «Todo Pasa» sobre estos diez años tras la sanción de la ley, si hubo avances en la sociedad y en la jurisprudencia o no.
La ley 26.743 permite a toda persona rectificar en los registros públicos el sexo, imagen y nombre de pila con el que fueron inscritos al nacer, cuando no coincidan con la identidad de género autopercibida. El 2 de julio del 2012, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner oficializaba la Ley de Identidad de Género, tras su aprobación en el Senado, por 55 votos afirmativos y una abstención.
«Fui una de las primeras tres que se cambió el nombre en el DNI con la Ley de Identidad de Género en Alta Gracia, junto a Magalí Oviedo y Cris Giampietro. La sanción de la ley fue un cambio importante para nuestras vidas y para nuestros derechos, somos más respetadas ya que nos llaman por nuestro nombre, el que elegimos nosotras. Hubo un cambio en el trato en diferentes dependencias, en el área de salud, en el municipio. Se hizo más igualitario, más tolerante» comenzó su relato Sol, quien vive en Valle Alegre de Falda del Carmen pero realiza muchas actividades aquí en Alta Gracia.
Sobre si ella como mujer trans ha visto algún avance en estos diez años, opinó: «La tolerancia ha cambiado. Pero igualdad no hay. No hubo muchos avances. Las leyes son escritos nada más, no son incorporadas en nuestras ciudades. Es algo que venimos trabajando de vuelta para que cambie de una vez …¿hace cuánto que tenemos una Ley de Cupo Trans y seguimos esperando que se cumpla? Seguimos abandonadas, más allá de mis elecciones soy un soy un ser humano que tiene necesidades y tengo derechos igual que cualquier otro ser humano. No hay inclusión, no hay cupo y es re triste».
En relación a la creación del Consejo de Género que se formó la semana pasada, se expresó muy enojada: «No hay inclusión, no hay oportunidades, en la ciudad de Alta Gracia están muy cerrados, son unos cuadrados, unos cocodrilos los que tenemos en el gobierno. Fue una pancarta para la próxima campaña, basta de gastar nuestro tiempo y de generar este tipo de espacios que no suman y que son para caretearla. Estoy muy indignada con este tipo de espacios».
Concretamente López se sumó al reclamo que realizan constantemente desde los colectivos LGTBQ+ en Alta Gracia: la salud, los tratamientos hormonales no llegan a la capital del Departamento Santa María, las personas que quieren iniciar un tratamiento, deben viajar al dispensario de La Serranita o a Córdoba Capital.
Con respecto a su vida, la joven relató: «Trabajé durante varios años en casas de familia, en limpieza, hoy tengo mi negocio de ropa, mi propio emprendimiento, cuido adultos mayores y doy clases de acrobacia en tela. Yo me generé mi propio trabajo ya que anteriormente era trabajadora sexual y no quería seguir con esa vida». Sol militó durante muchos años en Barrios de Pie y en Mumala, luchando por los derechos de la mujer y de la comunidad LGTBQ+.
«Tiene que haber un cupo laboral trans. Las estadísticas indican que tenemos una probabilidad de vida de 35 a 40 años, se nos va la vida buscando oportunidades. Yo pude salir adelante pero hay muchas que no pueden» cocluyó la militante.
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