Salud

«Es un acto de amor en medio del dolor»

Enrique Digionantonio, vecino de la ciudad, quien en el día Mundial del Trasplante habló sobre su experiencia de vida como paciente trasplantado del corazón y cómo vivió los instantes previos a pasar por la cirugía.

“Tenía 18 años en ese entonces. De un día para el otro, empecé a sentir un dolor muy fuerte en el estómago y fui al médico. Me hicieron una ecografía, un eco Doppler y una radiografía. Fui por una consulta normal y me dijeron que tenía el corazón de una persona de 90 años”. Así comenzó la historia de Enrique, quien debió enfrentar la muerte en más de una ocasión hasta que finalmente pudo recibir un nuevo corazón.

En ese momento, inició un tratamiento de pastillas, pero llegó una instancia donde su cuerpo no pudo más y debió ser llevado a terapia intensiva, donde casi muere. Fue trasladado al hospital Córdoba, donde estuvo internado casi 1 año. Los médicos sospechaban que la causa de su corazón agrandado, era su patología de displasia muscular. “No llegaron a conocer el motivo pero sospechaban. No respiraba, estaba prácticamente postrado. Toda mi familia estaba conmigo, mi papá dormía en el suelo y se quedaba a cuidarme”.

Enrique contó que fue un 17 de febrero, hace 16 años atrás, que se dio cuenta que estaba mal y que no quería morir ahí. “Me quise ir a casa. El médico lloró conmigo, me sacaron todo y me fui. Al día siguiente casi me muero, no respiraba. Por la tarde me llamaron del Hospital Italiano diciendo que había un posible trasplante. En ese momento es importante ser rápido, porque es cuestión de minutos. Justo estaba mi tío, que me llevó. Antes de entrar a la sala de operaciones, mis papás me tomaron de la mano y no me soltaban. Les dije que iba y volvía, siendo consciente que podía no salir de ahí. Fue volver a vivir después de tanto dolor”.

El corazón llegó de un chico de 21 años que había estado internado en la Clínica Vélez Sarsfield, sin embargo, Enrique nunca pudo conocer la identidad del joven, ya que la familia del mismo había pedido que no se supiera. “Me hubiera gustado conocerlos para poder agradecerles. Salvó un montón de vidas, le estoy eternamente agradecido. Fue un acto de amor en el momento de dolor, porque mientras mi familia celebraba que yo volvía a vivir, había otra familia que enterraba a un ser querido. Su hijo sigue vivo, en mí, y en todos los receptores”, expresó.

Por su parte, el Dr. Sergio Boni del centro ATERYM, especialistas en nefrología y hemodiálisis, habló sobre las cuestiones médicas referidas al trasplante de órganos. «Cada órgano tiene tiempos de isquemia diferentes. Los órganos se conservan en un líquido que evitan el deterioro y se colocan dentro de conservadoras durante los viajes”. Dichos viajes son realizados por los aviones sanitarios, preparados específicamente para esta tarea.

El profesional explicó que hay tanto donantes vivos como cadavéricos. “Actualmente llevamos 40 trasplantes realizados en el año. Venimos mucho mejor que el año pasado». El paciente en lista de espera tiene un número que lo identifica dentro del orden de prioridad. Cuando un paciente fallece, se hace una prueba cruzada para ver cuales son los posibles receptores. «Recuerdo casos en que un paciente se inscribió y en 48 horas se trasplantó, fue de los más rápido que vimos. Trabajamos mucho con los pacientes para que entiendan de qué se trata un trasplante».

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