Sociedad

“Espero que Dios me sostenga el día del juicio, cuando le vea la cara a este chico”

“No paro de temblar”, con esa expresión comienza el diálogo Teresita Cortés, hermana del cura párroco que fue brutalmente asesinado el sábado 29 de agosto de 2015 en su casa de calle 3 de febrero 12. La mujer, 10 años menor que él pero “muy compinche” de su hermano repite una y otra vez su agradecimiento por todos aquellos que de una u otra manera estuvieron presentes luego del homicidio, a la Justicia y a la Policía “que actuó muy rápidamente”, afirma. Retisente a mostrarse, pero consciente de que forma parte de la historia de un hecho que conmocionó a toda la sociedad, asegura no tener rencor hacia el autor, pero que reza para que para tener al fortaleza suficiente cuando le vea la cara el día del juicio. “Hablo por primera vez no solo porque antes no podía por mi dolor, sino también para pedirle a la gente que lo quiere que nos acompañe en este último proceso que es el juicio”, agregó.
¿Cuántos hermanos eran?
Éramos trece hermanos, muchos de ellos no están más. Yo soy 10 años menor que Luis, pero eso no fue impedimento para que siempre fuérmaos muy unidos, compinches. Él me casó y bautizó a mis hijos.
¿El Padre fue el único religioso de la familia?
Si, el único. Sobre ese tema hay una anécdota muy particular. Cuando él nació mi mamá estaba pasando un momento muy feo porque había muerto su madre. Él nació flaquito y con muchos problemas de salud, a los 15 días se contagió la tos convulsa que tenía otro hermano, era tan chiquito que el médico dijo que le quedaban horas de vida, que no podía hacer nada; entonces mi papá lo sostuvo en brazos y frente a una cruz que tenía en el dormitorio le habló a Dios y le dijo que si lo salvaba lo iba a bautizar como Luis Jesús y que lo entregaba en sus manos. A los pocos días comenzó a recuperarse y a los 16 años comenzó la carrera de sacerdote.
¿Les contó si tuvo miedo alguna vez? ¿Que haya sido amenazado o corriera peligro por algo?
No; aunque hubo algo que en su momento no le dimos la trascendencia que tenía y después, atando cabos, vimos la gravedad de la situación. Cuando se iba de viaje yo me quedaba cuidándole la casa, y cuando el regresaba me preguntaba si había llamado alguien extraño o había recibido llamados amenazantes.
¿Como vio el tratamiento que se le dio mediática y judicialmente al hecho?
Hay medios que dijeron las cosas como son y hay otros que tergiversaron la realidad, no se puede hacer nada con eso, que se le va a hacer. En cuanto a mis abogados, Daniel Villar y Diego Agüero, estoy muy conforme, no solo han hecho un excelente seguimiento del caso, sino también que han contenido a la familia.
¿Se sintió contenida por al gente?
Si, mucho. La gente lo quería mucho y me lo transmitió. Fueron 25 años como sacerdote en la ciudad. Es más, cuando se jubiló yo le dije que se fuera a Córdoba así estábamos más cerca y no quiso, quiso quedarse acá “con su gente”, decía. Era mucho el trabajo social que llevó adelante en Alta Gracia.
¿Como se enteran de lo que sucedió?
Nos avisaron que no había ido a la misa, yo pensé que debido a sus 75 años, había tenido una descompensación o algo. Nos vinimos rápidamente, en 45 minutos estuvimos en Alta Gracia. Aún estaba el cuerpo en la casa cuando llegamos. Tanto el comedor, como su dormitorio y el baño estaban quemados.
¿Porqué creen que ingresan a robar y lo atacan de la forma que lo hicieron?
Él tenía contacto con personas que intentaba sacar de la delincuencia y de la droga. Seguramente que, conociendo que de vez en cuando se iba a Europa, pensaron que tenía dinero guardado; lo que no sabían es que solo se pagaba el pasaje porque allá tenía muchos amigos donde se quedaba y no llevaba dinero. La verdad que no entiendo la saña, eso es lo que no logro entender. Pero si este chico prendió fuego, fue para borrar pruebas, habrá pesando que de esa manera nunca se iba a saber la verdad.
¿Cree que el autor del hecho tiene alguna oportunidad de salvarse, de reinsentarse a la sociedad?
Si no hace la conversión es muy difícil que se salve, para todo hace falta voluntad y sino la tiene… no creo que pueda.
¿Realmente cree que se trató de un robo?
Yo creo que si. No hay otros motivos, era mucha la gente que lo quería y estab agradecida con él.
¿Siente rencor?
Rezo todas las noches por mi hermano, porque no se merecía esta muerte tan terrible; pero también rezo por este chico, por Pinguchi.
¿Va al juicio?
Espero que Dios me sostenga el día del juicio cuando le vea la cara.
DE CARA AL JUICIO ORAL
El juicio oral se llevará a cabo el 1º de noviembre a las 9:30 hs en la Cámara 11 del Crimen en Tribunales II de la ciudad de Córdoba. Se estima que una importante cantidad de gente se hará presente a acompañar a la familia y amigos del cura párroco Luis Cortés. Por el hecho están detenidos e imputados Fabio Barros por “encubrimiento agravado”, y Edgar “Pinguchi” Díaz por “homicidio criminis causa agravado”.
Cabe recordar que luego de la pericia psiquiátrica llevada a cabo por el Dr Leandro Dionisio, perito de parte en el caso de la muerte del sacerdote, el profesional certificó, junto a 4 especialistas más que “Pinguchi” Diaz es “imputable”; es decir, que era claramente consciente de lo que hacía. «Hacía años que no veía un caso de tanta frialdad emocional», agregó el especialista a fin clarificar la manera en que el imputado relató los hechos.

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