Un espacio que pretendió ser un paseo y terminó en el olvido

De aquel proyecto que se vislumbraba como un nuevo paseo en barrio Villa Oviedo, sólo quedan las luminarias; el resto continúa siendo un espacio abandonado, con pastizal y basura. Se trata del sector que va desde calle Catamarca hasta el puente Negro donde estaba previsto, allá por septiembre e 2015, instalar un nuevo paseo peatonal. Vecinos del sector reclamaron durante años poner en valor la zona, no sólo para ser utilizado por los vecinos como un lugar donde se pueda transitar, sino también porque históricamente ha sido un espacio utilizado por los delincuentes como aguantadero, hecho que preocupa y mucho a quienes viven en el sector.

Lo previsto
Según se informó en aquel momento, el nuevo paseo iba a estar listo antes de diciembre de 2015, y constaba de más de 1000 metros de recorrido iluminado. Además, estaba previsto colocar 0.20 (grancilla) para que la gente tenga un espacio para caminar; y se le anexaría ciclovía. Debido a que el costo de la recuperación de la zona era menor, los tiempos iban a ser menores.

La actualidad
A dos años de aquel proyecto, se escucha extraoficialmente en el Ejecutivo que habría intenciones de retomar los trabajos; de todas maneras no hay nada confirmado aún. Resumen, dialogó con vecinos de la zona, quienes resaltaron “que falta mucho por hacer”: “Las luminarias están, la mayor parte de ellas funcionan, pero el lugar está lleno de yuyos, y el canal tapado de basura. Trabajaron un tiempo y luego no volvieron más”, señaló una de las vecinas; mientras que otra de ellas hizo especial hincapié en la inseguridad: “Es un peligro latente. La zona es muy transitada, pero hay pasto alto, es un lugar fácil para que los ladrones se escondan o escondan cosas robadas. Nosotros vivimos pegados a las vías y nos da mucho miedo pasar por ahí”, afirmó.

La idea original era dotar a la zona de un sector similar al paseo ferroviario, donde se demarcara el sector para los transeúntes y también para las bicicletas: “Sería una tranquilidad para nosotros, y además de mucha utilidad, pero parece que nunca pudieron terminarlo. No hace falta demasiado, solo que pongan una máquina a trabajar, saquen la basura que está por todos lados y corten el pasto. Si bien reclamamos por la apertura del paseo, también es cierto que la gente estaciona y baja bolsas de basura y las tira en el lugar. A lo mejor, si estuviera limpio y cuidado, les sería más difícil y dejarían de llenarnos de mugre todos los días”, advirtió otra vecina que vive colindante a calle Liniers.
Lo cierto es que, además de haberse convertido en una necesidad de los vecinos en cuanto a seguridad y comodidad, también se trata de un sector que sirve como puerta de ingreso a la ciudad para los automovilistas que transitan la zona sur y llegan desde el nuevo camino de La Bolsa.

Salir de la versión móvil