Hace sólo 5 días pude observar el desenlace de una situación que me conmovió hasta la fibra más íntima y es justo que lo comparta con una sociedad que sigue conmovida por el mismo hecho.
Julieta, una joven de 20 años, y vecina de nuestra ciudad, sufrió un terrible accidente que la despojó de una de sus piernas en el instante mismo del siniestro (ver nota). A minutos de lo ocurrido e inconsciente aún de lo que sucedía demostraba una fortaleza y una entereza tal dignas de cualquier soldado en el peor de los combates y que, pese a las circunstancias, actualmente conserva y lo dejó de manifiesto en un video que grabó desde la misma terapia donde se encuentra. ¿Increíble, no?
Es difícil entender el desenlace de algunas situaciones, es difícil procesar algunas decisiones, lo que pasa es que uno puede hablar de fortaleza en diferentes términos, uno puede hablar de lo que se debería y lo que no se debería hacer en diferentes circunstancias, uno puede hablar y hablar y hablar… pero es muy distinto a sentirlo en carne propia.
Hoy estamos aquí para contarles que una joven de 20 años salió airosa de una de las situaciones más difíciles de la vida y que está íntegra para contarlo. Mucha es la gente que la espera y mucha es también la que se desespera ante una realidad que escapa a la lógica. Los accidentes en motocicletas han crecido de manera significativa en comparación con los años anteriores.
Día a día somos parte de las situaciones más crudas, hay consecuencias irreparables, hay secuelas físicas y mentales y hay muertes. Es justo replantearse muchas cosas, es justo pensar que nuestra vida vale, es justo detenerse un minuto y mirar un poquito más allá; es justo saber que los milagros existen pero más valedero sería que aprendamos a vivir una realidad sin riesgos. Está en vos, está en nosotros y está en aquellos que deben preservar la vida humana hacer de ello una doctrina; construir y educar sin que la recaudación sea el único “leiv motive”.
En un matutino de la provincia se publicó una nota en setiembre de 2012 que daba a conocer, entre otras cosas, los puntos de vista de la gente que interviene en situaciones de riesgo y planteaba la necesidad de disminuir los accidentes de motocicletas sin establecer como parámetro la culpa, sino planteando una realidad que necesita transformarse.
Jorge Rumi, Presidente de la ONG cordobesa Incose dio a conocer que la realidad indica que las lesiones por tránsito son las causas que más hieren y matan jóvenes; “no hay ninguna enfermedad que agreda y lesione de la manera en que lo hacen los siniestros viales; por su parte Ramón Pizarro, Titular de derecho de daños en la UNC, remarcó que “la prevención tiene que pasar por la concientización, controles muy severos para quienes manejan moto y pruebas prácticas. Si no, lo único que queda es llorar a los muertos y rogar que no le pase a uno”.
La vida de un periodista es estar detrás de lo que sucede y tratar de transmitirlo de la mejor manera posible tratando de no caer en el burdo ni en la subjetividad, sin embargo cuando nos enfrentamos a situaciones donde las palabras sobran, simplemente hay que sentarse a observar y presenciar lo que sucede con la mayor de las humildades.
Por Claudia Fernández