Desde que se conoció que un vecino de Villa Parque Santa Ana había dado positivo en COVID-19, automáticamente, y como se hace en estos casos, las autoridades sanitarias atinaron a hisopar a todo su grupo familiar. Tristemente este hombre falleció y cuatro personas de su familia están siendo tratadas por ser también casos positivos.
Entre los menores de edad que están en aislamiento total por poseer el virus, está una adolescente de 14 años nieta del septuagenario que fue victima de la enfermedad. Por ende, su padre (hijo del hombre) su mamá y todos su hermanos también debieron ser hisopados. Y, lo que no es un dato menor es que esta familia vive desde hace años…en un colectivo.
Ante los primeros resultados, Fabian y dos de sus hijos fueron trasladados a un albergue temporario de la ciudad de Córdoba por decisión de las autoridades sanitarias de Villa Parque Santa Ana. En tanto y mientras se aguardaban los resultados de Carolina, su mujer, y sus otros hijos, sucedió lo del bloqueamiento obligatorio en dicha localidad y desde entonces la mujer permanece con tres de sus hijos «a la buena de dios» y comiendo «gracias a lo que le dan los vecinos».
«Estamos esperando que nos vengan a buscar. Nos dicen que nos van a llevar y que tenemos que tener paciencia pero pasan los días y estamos igual«, cuenta la mujer respecto a la situación por lo que están pasando.
«Nos hicieron el análisis el jueves y a mi marido y dos de mis hijos los trasladaron el mismo día apenas tuvieron los resultados, porque como vivimos en un colectivo los mismos médicos de acá dijeron que no podíamos estar tofos juntos y los llevaron a un hotel a Córdoba. Pero todos dimos negativo y los que quedamos acá seguimos esperando el traslado«, explica la mujer quien aclaró que su hija permanece en la casa de su suegro haciendo la cuarentena correspondiente y que a pesar de tener el virus, está bien.
Vivir «de lo que nos dan»
Carolina, agradecida por la ayuda que recibe por parte de sus vecinos, sostiene que el día a día le resulta muy pesado. «trato de hacer pan, fritos, pero se acaba. Los vecinos nos han traído carne, mercadería y con eso vamos tirando pero no se hasta cuando. Donde vivimos es muy frio y necesitamos que nos lleven», culminó la mujer.
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