
Cada 11 de julio se celebra en Argentina el día del meteorólogo en conmemoración de la creación del Centro Argentino de Meteorólogos (CAM). Este año la entidad cumple 49 años de funcionamiento ininterrumpido en el país, y se prepara para festejar en 2019 sus primeros 50 años de vida.
RESUMEN dialogó con Gerardo Barrera, del Servicio Metereológico Nacional, único profesional que eligió esta carrera en nuestra ciudad. De hecho, a pesar de ser una profesión que asegura trabajo a todos sus graduados, sólo dos universidades del país dictan Ciencias de la Atmósfera, hay menos de 200 estudiantes cursando la carrera y el año pasado apenas cinco culminaron sus estudios: “En Córdoba hay alrededor de 20 profesionales y sólo 15 ejercen. En Alta Gracia estoy solo, aunque sé dé un meteorólogo joven que vive en la zona de los valles del río. Lamentablemente el lugar de formación de los meteorólogos esté en Buenos Aires, y por ahí es difícil encarar una carrera de tres años como mínimo, por tus propios medios. Además, y esto hay que decirlo, tampoco es un mercado laboral fácil porque la institución que más absorbe es el Servicio Meteorológico Nacional y, como parte de un organismo del estado, también tiene limitado su ingreso por más que les haga falta. A lo sumo ingresan 10 o 15 profesionales por año”, asegura Barrera.
Con respecto a su profesión, el vecino de nuestra ciudad, cuenta que estaba cursando el primer año de ingeniería cuando decidió acompañar a un amigo que concursaba por una beca en Ciencias de la Atmosferas. Finalmente el amigo no quedó seleccionado y Gerardo terminó siendo uno de los referentes de meteorología de la Provincia: “al principio me costó un poco, hasta que empecé a cursar las materias más específicas y, como siempre pasa, ahí me apasioné”.
Los tiempos cambiaron y por sobre todo hubo avances increíbles en los instrumentos y las herramientas de investigación. Barrera asegura que todo eso no cambió la esencia de la profesión: “La tecnología para meteorólogo es como para el médico. Hoy cuenta con un gran cantidad de tecnología periférica que permite llegar a conclusiones más certeras, más seguras, más rápidas y a nosotros nos pasa lo mismo”.
Por más que en este momento todos los puestos del SMN, y del área específica de Gerardo, están cubiertos, el profesional no esconde cierta preocupación por el futuro inmediato que se viene:
“Ahora estamos bien, tenemos un equipo sólido y no hacen falta más meteorólogos en lo inmediato. Pero en cinco años, cuando varios empiecen a jubilarse, ya no sabemos si habrá profesionales listos para ingresar”. De hecho, remarca Barrera, no alcanza con recibirse, sino que hay que cumplir con un itinerario de experiencia previo, como sucede con varias profesiones.
Las “chicas” del clima
En las pantallas televisivas, es muy común que la difusión del clima esté a cargo de jóvenes mujeres que poco o nada saben del tema. Barrera no se muestra polémico al respecto “ Los metereólogos hacen el trabajo, luego hay otras personas que lo comunican. Nosotros no podemos estar en todos lados”. El problema, de hecho, podría ser otro: la batalla del sector es que se promulgue la ley profesional que regule la actividad, para evitar que los organismos se asesoren con personas que no son meteorólogos.