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El telar le regaló instantes de memoria de un saber olvidado

Un hombre con Alzheimer avanzado conmovió a la comunidad educativa del Manuel de Falla cuando, repentinamente, empezó a tejer con sabiduría frente a los ojos emocionados de su mujer quien aseguró que su compañero de vida ya "No recuerda nada"

El Instituto Superior Manuel de Falla, fue partícipe de una emotiva historia que se dio a conocer el día lunes.

Durante el día de ayer los alumnos del  Manuel de Falla, realizaron una exposición para todos los vecinos en la plaza Manuel Solares. Allí la Expo se organizó en estaciones en donde se observó el proceso de producción desarrollado por los alumnos de 5° y 6° grado.

Tejieron bufandas, gorros, cuellitos y polainas, con lana, en telares hechos por ellos mismos.“Este proyecto lo empezamos en el año 2015, empezó porque los chicos estaban estudiando en la parte de ciencias y querían saber cómo era que se hacía la ropa. Encontramos distintos tipos de ropas y tejidos para empezar a profundizar, y ahí encontraron los telares personales que usaban los primitivos habitantes de la ciudad”, comentaron las autoridades del Instituto.

“La idea fue tratar de compartir con la comunidad algo que habíamos tenido guardado como actividad en el aula”, agregaron.

Fue en ese marco cuando se vivió una anécdota  que quedara guardado en los corazones de todos. Los chicos le enseñaban a la gente el proceso punto a punto para la confección de las prendas, y luego dejaban que las personas tejan.

Mientras los chicos realizaban sus actividades, se acercó una pareja de adultos mayores a observarlos. El hombre, miraba y miraba, después de que los chicos le explicaron todo agarró el telar y comenzó a hacer los puntos a tejer.

La mujer que estaba a su lado, no pudo contener las lágrimas al ver como su pareja manipulaba el telar. Una maestra se acercó a preguntarle si se sentía bien y ella contestó: “Saben lo que pasa, él tiene Alzheimer, no se acuerda de nada, y de pronto se acordó como hacer los puntos del tejido que aprendió de los chicos”.

El hombre recordó punto por punto lo que los chicos del Falla le enseñaron, y pudo tejer con gran destreza. Sin dudas fue uno de los momentos más emotivos que logró con creces la premisa del Instituto, estar: “Felices y Abrigados”.

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