Iniciaba el año 1932 y el calor de enero no fue impedimento para que un grupo de personas de nuestra ciudad comenzara a trabajar formando una biblioteca popular, a la luz de las necesidades de ilustración y lectura que ya en aquellos tiempos tenía la ciudad de Alta Gracia. Nacía así la Biblioteca Popular Sarmiento, bastión cultural de la ciudad.
Como desde hace 3 años, abriendo las puertas y demostrando sus conocimientos, está Nélida, la bibliotecaria. Heredera en el cargo de quien durante décadas tuviera esa función: Don Alberto Pellegrini, un hombre hosco, pero amable, de pocas palabras pero ilustrado, que parecía hecho a la medida de su trabajo.
“No tenemos registros de dónde fue su primer emplazamiento, pero sí sabemos que durante 60 años utilizó el viejo edificio que fuera la capilla del obraje jesuítico”, comienza contando Nélida, denotando el amor por su trabajo y por la institución misma.
La Biblioteca Sarmiento cuenta con más de 40 mil volúmenes. En sus estantes puede encontrarse desde una primera edición de García Márquez hasta libros infantiles. Por supuesto, la historia (y las historias) de Alta Gracia no están ausentes en sus vitrinas. “Casi todo lo que se ha publicado en o sobre Alta Gracia está acá. Incluso libros del siglo XIX que hoy son documentos históricos muy difíciles de conseguir en otros lugares”, sigue narrando Nélida.
Desde sus inicios, si bien ha sido una biblioteca popular se ha inclinado por la filosofía, la historia y la literatura. De ello dan fe viejos volúmenes que durante año han sido material de consultad de generaciones de altagracienses.
Sumar voluntades
La Biblioteca Sarmiento tiene 600 socios inscriptos, de los cuales apenas 120 son activos, participan, pagan la cuota y retirarn o consultan material. Una cifra muy baja para lo que es Alta Gracia, y para lo que significa la biblioteca en cuanto a cantidad y calidad del material con que cuenta. Igualmente, reconocen desde la institución que los últimos tiempos no han sido los mejores para sumar asociados; algo que esperan se revierta desde su reapertura el próximo sábado.
Acomodando estantes
“Lo que podemos poner a disposición de la gente es menos de la midad de lo que tenemos en biblioteca -cuenta Nélida- pero al menos lo haremos en un ámbito iluminado, limpio, seco y cómodo para todos, y mucho más apto para la conservación del material”.
El nuevo “domicilio” de la biblioteca está en lo que fuera el local del Centro Israelita, en calle Prudencio Bustos 345. “Queremos agradecer a la comunidad israelita, a la familia Kaplan, que hizo las gestiones, a la municipalidad, a los socios y no socios y a los voluntarios que han ayudado para trasladar el material y ordenarlo en la nueva casa. Sin ellos hubiera sido imposible volver a abrir las puertas”, dice Nélida en nombre de la institución.
La reapertura
Para algunos será reapertura, para otros, la chance de mantener viva la llama de la cultura y la educación. El hecho es que este sábado desde las 18 horas reabrirá sus puertas la Biblioteca Sarmiento, en su nuevo edificio de calle Prudencio Bustos 345. Está previsto un brindis, y espectáculo musical, con buffet bien surtido, a beneficio de la institución. Buena ocasión, para quienes nunca hayan asistido, de conocer un retazo grande de la historia misma de la ciudad.
Para asociarse
Como quedó dicho, la Biblioteca Sarmiento cuenta con 600 asociados, de los cuales solamente alrededor de 120 son socios activos (participan de actividades, retiran material, consultan en la sala y pagan la cuota mensual).
Desde el lunes, volverá a abrirse para todos los vecinos, que además tendrán la oportunidad de hacerse socios de la institución. Los costos son bien bajos, si se tiene en cuenta, por ejemplo que el grupo familiar paga apenas $ 50 por mes.
Los horarios de atención de la biblioteca serán los siguientes: lunes y viernes de 9 a 12:30, y martes y miércoles de 16.30 a 20:00 horas.
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