Sociedad

Silvia se convirtió en la 5º víctima de femicidio en Alta Gracia

El pasado sábado el cuerpo de la odontóloga Silvia Maddalena de 37 años, fue encontrado sin vida en el interior de su consultorio, por su padre. La mujer tenía las ropas bajas y rasgadas, golpes en distintas partes del cuerpo e importantes señales de haber sufrido un ataque sexual. A posterior, el Fiscal que investiga la causa, Alejandro Peralta Otonello, reconoció que “ya podemos hablar de un nuevo caso de femicidio”, pese a que hasta ese momento no había ningún detenido por el crimen. La muerte de Silvia no solo causó tristeza y conmoción en la ciudad de Alta Gracia, sino que además volvió a poner bajo la lupa la gruesa lista, que a nivel país se maneja, sobre los casos de femicidio. Noticias que casi como una “epidemia” se vienen expandiendo en los últimos años. En este contexto, lamentablemente, y al margen de los datos provinciales y/o nacionales, Alta Gracia desde hace algún tiempo viene conformando su propio listado negro. Una triste nómina donde hallamos diferentes nombres con diferentes historias, pero que comparten un mismo común denominador: una muerte violenta, repentina y, sobre todo, evitable.

El hecho
La macabra escena fue descubierta por su padre, quien quiso ingresar al lugar debido a que su hija no respondía el teléfono y su auto permanecía estacionado frente al consultorio donde estuvo atendiendo pacientes normalmente el viernes por la tarde. Era sábado, alrededor de las 16 hs cuando la halló ya sin vida y con aparentes rasgos de abuso sexual y golpes en el rostro. El lugar estaba desordenado y faltaban algunos elementos como su computadora. Nadie podía entender lo sucedido. Silvia había estado conectada en el Whatsapp hasta las 20 hs aproximadamente, y hay registros de que atendió a una niña que fue con su madre alrededor de las 18 hs, supuestamente su última paciente. Nada hacía suponer lo peor. La luz encendida del consultorio cuando ya se había hecho de noche tampoco llamó la atención porque solía quedarse a realizar algunos trabajos, según advirtieron allegados. Sin embargo, esa luz era la evidencia de que lo peor estaba ocurriendo adentro. Héctor Abel Gómez, la violó y luego la mató violentamente, y se fue del lugar. Llegó a su casa en barrio General Bustos, escondió las pertenencias robadas del consultorio, y continuó  «con su vida», ya que los días subsiguientes siguió yendo a trabajar como si nada hubiese pasado.

Contrareloj

Este jueves 24 de mayo, a seis días del horroroso crimen, fue localizado el asesino. No tenía relación con la víctima; según los registros, la había visto solo una vez en una consulta médica que nunca se concretó porque Gómez no tenía dinero. Nada se sabe aún del móvil del crimen, hay presunciones de que habría entrado al consultorio cuando Silvia pretendía salir esa noche, pero eso aún está en investigación. La Justicia tenía un sospechoso que la acosaba desde hacía un año, pero no era Gómez; recién el miércoles algunas pruebas y declaraciones acercaron al fiscal a este hombre que no tenía vínculo aparente. El círculo terminó de cerrar cuando la pareja del asesino encontró las pertenencias de la víctima en su casa y vio rasguños en él «Te voy a denunciar», le habría dicho. Esta corajuda y loable declaración, más trascendidos que habían llegado a él de que la Justicia estaba cerca de descubrirlo, lo motivó a huir. La primera noticia de esa mañana fue que el sospechoso se había dado a la fuga. Un gran operativo en distintas partes de la provincia se puso en funcionamiento esa misma noche. Su foto, rodó por las redes sociales con cientos de comentarios de la gente repudiándolo. «Dame plata, me mandé una cagada», le habría dicho a algunos amigos… y trató de hacerse invisible por algunas horas, hasta que fue detenido alrededor de las 13:30 hs en la ciudad de Córdoba, mediante un rápido trabajo de la policía y el aporte de un taxista que lo habría reconocido y dio aviso a los uniformados. Es rosarino, y si bien los antecedentes no fueron dados a conocer oficialmente, se habla de que podría ser el autor de un caso similar en la localidad de Santo Tomé. «Hemos tenido casos similares en la ciudad, pero nunca vi algo con tanta saña», dijo un trabajador judicial. El caso duele, conmociona, preocupa y vuelve a enultar la ciudad, una ciudad que ya dejó cinco familias sin consuelo en los últimos años.

¿Es femicidio?

Por estas horas se ha generado un amplio debate para determinar si la muerte de Silvia constituye un caso de femicidio. Hay quienes sostienen que «al no haber un vínculo aparente, no es femicidio». Sin  embargo, la violencia, y lo ultrajante de su asesinato la ponen en la lista negra, esa lista que los altagracienses siguen llorando. Silvia es el quinto caso de femicidio en la ciudad, lo es aunque algún artículo de la ley diga lo contrario, lo es a pesar de que la defensa que tomará el caso de Gómez pretenda reducir la pena. Lo es, y lo seguirá siendo para las miles de personas que siguen lamentando su ausencia y reclamando justicia por lo ocurrido, una justicia que a pesar de que le otorgue el máximo de pena al asesino, no restituirá la presencia de la víctima.

Otros femicidios en Alta Gracia

Silvia Costamagna (49), 11 de enero de 2009
La nefróloga y esteticista era oriunda de Santa Fe, vivía en Carlos Paz y encontró la muerte en Alta Gracia. Estaba separada desde hacía un año de su marido Eduardo Martínez, también nefrólogo y reconocido vecino de esta ciudad, con quien tenía 3 hijos y una relación de más de 22 años, que al parecer no había terminado en buenos términos. Silvia vino a pasar unos días a la casa de su amiga Estela Adam, ubicada en barrio Pellegrini. Fue allí donde su ex marido llegó cuando la dueña de la casa no estaba y luego de mantener una discusión con Silvia, le propinó 13 puñaladas en el abdomen que acabaron con su vida. A posterior, Martínez se fue del lugar rumbo a Carlos Paz pero algunas horas después quedó detenido y fue condenado a perpetua.

 

Verónica Janet Presson (33), 13 de septiembre de 2010
La mujer fue encontrada estrangulada en el patio de su casa ubicada en barrio Tiro Federal, detrás de la Terminal de Ómnibus. La mujer era empleada doméstica y tenía 3 hijos con Fernando Olmedo, de quien estaba separada desde hacía algún tiempo. Tenía una relación conflictiva, con varias denuncias cruzadas e incluso el hombre tenía una orden de restricción para no acercarse a la casa. Luego de provocarle la muerte, Olmedo estuvo prófugo cinco días. La Policía, por la denuncia de un vecino que circunstancialmente vio el cuadro, lo encontró ahorcado camino a La Paisanita.

Valeria Villarreal (36), 26 de septiembre de 2013
Fue el primer caso caratulado como Femicidio en la ciudad, encuadrado en la nueva figura penal. Valeria fue asesinada de dos disparos, uno en el tórax y otro en el abdomen, por Dante Tinari, quien era su ex pareja. La mujer se encontraba en su domicilio de barrio General Bustos junto a sus hijos, cuando el hombre llegó en horas de la mañana y en medio de una fuerte discusión la arrastró hasta la calle y le disparó. A posterior, el homicida intentó quitarse la vida de un balazo en el rostro pero pese a haber estado grave, se recuperó. En medio de un gran debate sobre violencia de género, el hecho fue caratulado como homicidio agravado por uso de arma y agravado por el vínculo (femicidio) y Tinari fue condenado a prisión perpetua.

Johana Altamirano (18), 28 de abril de 2016
La joven volvió del colegio y se fue de su casa de barrio Cámara para “hablar con alguien”, según le dijo a su madre. Al día siguiente fue encontrada sin vida en el Parque García Lorca. Por el hecho quedó detenido Rafael Busto, de 22 años, con quien Johana había tenido una relación en el pasado, pero que al parecer se seguían viendo. Ambos se habrían encontrado aquella noche en la zona del centro y desde allí habrían ido hasta el Parque, lugar donde luego de una discusión, Busto terminó con la vida de Johana, golpeándole la cabeza y dejándola boca abajo en un curso de agua.  Fue condenado a prisión perpetua.

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