A una semana de la flexibilización de bares y restaurantes, RESUMEN recorrió algunos de ellos y recibió una respuesta común: la economía esta golpeada y las personas salen poco a estos lugares. «Se está reactivando muy lentamente» expresó el dueño de Arquestrato y agregó que están trabajando a un 20%.
Desde Bonafide se mostraron contentos por la posibilidad de abrir, pero aseguraron que «el movimiento no se dio como antes de la cuarentena».
Los dueños de los bares recorridos coincidieron en que el delivery fue la gran estrategia de ventas en este tiempo ya que sirvió para cubrir gastos fijos y muchos que antes no lo implementaban ya no lo sacarán más de entre sus servicios.
Por último, otra cuestión común para los bares céntricos de la ciudad fue la concurrencia de personas provenientes de la ciudad de Córdoba. Algo que llama poderosamente la atención porque vecinos de zonas rojas no pueden desplazarse hacia zonas blancas. «Les tenemos que pedir que se retiren porque el protocolo no permite que ingresen al lugar, muchos se enojan pero es lo que debemos respetar» explicaron desde un bar.
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