El domingo del fin de semana largo se notó en las rutas y accesos a nuestra ciudad. La gran cantidad de vehículos que transitaban la autovía y la Ruta 5 hicieron que por momentos el tráfico estuviera congestionado en los accesos a la ciudad.
Hubo varios factores que se combinaron para que ello ocurriera. Los turistas ganaron la ruta aprovechando el feriado y las bondades del clima de este domingo, pero a ese flujo incesante de vehículos provenientes en su mayoría desde la capital provincial, se sumaron los controles. Los que existieron y los que no existieron.
En el Crucero de nuestra ciudad, durante varias horas en la mañana se vivieron momentos de desorden total. Cientos de autos que transitaban por el principal acceso a la ciudad sin control alguno de parte de la Municipalidad buscaban circular como podían para entrar a Alta Gracia o bien para seguir viaje rumbo al valle.
¿Los controles? brillaron por su ausencia, ni en el Crucero ni tampoco en la esquina de la ruta y Malvinas Argentinas.
Pero el único control en ruta que hubo esta mañana terminó siendo un salvavidas de plomo. La policía puso un puesto de control sobre la ruta 5, cien metros más adelante de la curva de la «S». El resultado fue tan negativo que poco después la propia policía decidió levantar el retén. El tránsito se volvía resintió tanto con el control que desde la salida misma de Alta Gracia hasta el control caminero, los vehículos transitaban a paso de hombre rumbo a Anisacate y la zona del valle.
Este fin de semana a nadie pudo haber sorprendido, sin embargo, pareciera que una vez más han fallado los mecanismos de control. Unos por desacertados y otros por inexistentes.
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