La situación en las cárceles de Córdoba no es la mejor y esto no es una novedad. Si bien desde el organismo encargado en difundir lo que sucede en el ámbito penitenciario se encargaron de minimizar varias cuestiones, se sabe que la aparición de casos de Covid en distintos complejos agudizó la violencia y el malestar de internos, familiares y hasta de los mismos penitenciarios.
Quema de colchones, huelgas de hambre y traslados masivos a otras penitenciarias, fue algo de lo que esta pandemia dejó en las deferentes cárceles. Al igual que la instalación de carpas sanitarias y realización de testeos masivos.
Así mismo, lo que familiares de internos denunciaron ante el organismo de Derechos Humanos, fue un claro abandono de personas en este marco de emergencia sanitaria. Presos con síntomas claros que no estaban siendo atendidos por el personal médico y que, en estado crítico algunos, eran asistidos por los mismos presos.
Uno de los casos que trascendió fue el de Juan Irineo Cuquejo, quien según se supo «sobrevivía hasta hace poco tiempo en el MD1 de Bouwer», donde contrajo el virus.
El hombre integraba los grupos de riesgo y hubo una fuerte denuncia en la que afirmaban que «agonizaba en su celda» y hasta lo bañaban los mismos presos porque no podía trasladarse por si solo.
Recién hace diez días fue trasladado al Hospital Tránsito Cáceres de Allende, cuando su situación ya era crítica. El hombre murió este martes.
Otro de los casos fue el de
Julio Almada, preso en Río Cuarto donde también contrajo el Covid. Y anoche se conoció el primer fallecido en del Penal de Villa María, Mario Fuentes de 67 años quien murió en el hospital Pasteur.
A todos les habían negado la prisión domiciliaria, argumentando la Justicia que no corrían riesgo detenidos.
Comentarios: